El botadero de basuras de Quibdó, conocido como El Marmolejo, era de los lugares más contaminantes de la capital del Chocó, pero finalmente quedará enterrado. La minvivienda Helga Rivas pudo coronar la tarea que ya estaba haciendo su antecesora Catalina Velasco y que se trata de una promesa que viene desde el gobierno Santos y que Duque también incumplió. Pasaron ocho años antes de que fuera asunto del pasado.
Este particularmente era el último botadero a cielo abierto que quedaba en una ciudad capital y, dado el peligro que representan este tipo de lugares para el medio ambiente y la salud humana, era imperioso hacer una transición para que pasara a funcionar como un relleno sanitario.
A pesar de que la medalla se la puso colgar Rivas, quien fue secretaria de Hábitat en la Alcaldía de Petro en Bogotá, se trata de un proceso en el que han estado metidas varias manos, tanto de este gobierno como del de Iván Duque y el de Juan Manuel Santos, en el que se le puso el ojo por primera vez a este botadero y se comenzó a trazar la hoja de ruta para abordar esta problemática que representaba un riesgo para la vida de los quibdoseños. Entonces la ministra de Vivienda era Elsa Noguera y también le tuvieron que trabajar al tema Jaime Pumarejo y Camilo Sánchez con Santos y Jonathan Malagón y Susana Correa con Duque.
Una de las prioridades del gobierno Petro
Esto hace parte de una de las iniciativas planteadas dentro del Plan Nacional de Desarrollo, particularmente el Artículo 227 ‘Basura Cero’, el cual, entre otras cosas, cerrar definitivamente los botaderos a cielo abierto para cambiar el tratamiento de los residuos y fomentar la economía circular. De acuerdo con el proyecto, Chocó es el departamento con más vertederos de este tipo con 24 y le sigue Bolívar con 17. Mientras tanto, el departamento con más rellenos sanitarios es Antioquia con 54.
El tema del acueducto de Quibdó es también un pendiente que le valió un jalón de orejas a Velasco por parte del presidente Petro.
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