El narcoturismo en Medellín

El narcoturismo en Medellín

Las drogas y las mujeres son los dos atractivos más grandes de la capital paisa. Crónica de todo cuanto sucede en ese submundo que hasta Naciones Unidas reconoce que existe

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diciembre 05, 2013
El narcoturismo en Medellín

“Yo conocí un Australiano, era muy buena gente pero era muy dañado. Un día empezó desde las 4 de la tarde a darse pases y pases (cocaína), cuando íbamos a salir se comió un pepa (éxtasis), luego en el lugar se comió un papel (LSD), además bebía y fumaba marihuana como si ya no fuera suficiente. A eso de las 2 a.m. enloqueció, se quitó la camisa, empezó a gritar, peleo y luego se perdió. Cuando lo encontramos estaba desnudo en un matorral, sangrando, agarrándose las piernas y se reía, gritaba y lloraba a la vez. Luego empezó a convulsionar y nos tocó llamar una ambulancia, al otro día, cuando volvió al hostal nos pidió disculpas y que le contáramos que había hecho porque no se acordaba de nada. Cualquier cosa le hubiera podido pasar, se pudo haber hecho matar” cuenta Milton, un joven que suele frecuentar uno de los tantos hostales ubicados en la zona rosa de Medellín.

Entre  septiembre 2012 y el mismo mes de 2013 se han hospedado en Medellín 183.783 turistas, ubicándola como la tercera ciudad más visitada de Colombia después de Cartagena y Bogotá. Pero su inclusión en los planes de viaje de muchos foráneos ha generado preocupación para los gobernantes de la ciudad. Por eso en alianza con la oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el delito, realizaron un trabajo de campo en las comunas 10 [La Candelaria] y 14 [El Poblado] para determinar la relación entre la oferta de consumo de estupefacientes, la explotación sexual comercial y la trata de personas con respecto al destino que elijen los turistas nacionales y extranjeros a la hora de planear sus vacaciones. Los resultados y conclusiones fueron presentados el pasado 25 de octubre.

—De la gente que yo he conocido acá, el 80% consume coca pero muchos de ellos están probando. Vienen  con esa idea en la cabeza de que Colombia es coca, es barata y hay que probar. —dice Milton.

—Yo toda la gente que he conocido acá es por eso. Es como cuando vas a Tailandia y quieres ver un Ping Pong show (mujeres que lanzan bolas de ping pong y otros objetos con la vagina). Aquí es la cultura de la coca” —agrega un huésped de nacionalidad española.

—O sea que el atractivo principal de Medellín es la cocaína? —pregunto.

—Completamente – responde el sincero Español.

billetes pablo - El narcoturismo en Medellín

El estudio realizado por Naciones Unidas señala que los territorios con herencias de narcotráfico generan motivaciones de tipo ilícito para los turistas. Tal vez por ello el principal referente del mundo de la cocaína,  Pablo Escobar, y su ciudad natal, encabezan la lista. En Medellín se ofrece desde el Tour Escobar, que recorre las calles contando su historia y mostrando sus emblemáticas propiedades, hasta visitas guiadas hacia el sur del país acompañados por un hombre que dice haber trabajado como químico para el capo, quien por 75 dólares le enseña a los turistas (según el testimonio de un extranjero) como hacer cocaína, además, les obsequia tres gramos del producto terminado.

Los viajeros suelen ser jóvenes entre los 19 y los 25 años provenientes de Inglaterra, Alemania e Israel principalmente y son atraídos por “droga barata, mujeres lindas y buen clima, un país lindo, paisajes”, como se promociona en muchos de los blogs de los viajeros que ya han pasado por el país. “Lo que pasa es que aquí la droga es muy barata, tu en Europa pagas 30 veces más de lo que cuesta aquí, entonces la gente lo toma muy pocas veces. Aquí llegan y ven que la coca es más barata que la cerveza entonces se descontrolan y se la toman toda. Como en su país no se lo pueden permitir entonces aquí se lo permiten todo. La cocaína allá es cara y escasa. Cuando vienes aquí y es tan barato es como si te dejaran conducir un Ferrari por un rato” asegura el español.

Y sí que es fácil conseguir drogas en Medellín. Pero aún más accesible para los turistas. Desde hace un par de décadas en la zona rosa del Poblado, que es donde están conglomerados los hostales más grandes de la ciudad, se han vendido al por mayor y al detal drogas de todo tipo. Los asiduos visitantes saben dónde se ubican los vendedores y cuáles son los precios establecidos. Pero con el incremento de extranjeros ansiosos por consumir drogas, también se ha elevado el número de vendedores hasta el punto de que cuando ven a una persona medianamente rubia lo primero que hacen es ofrecerle cocaína.

“Mona, ¿esos manes qué tienen que son tan desesperados por la coca?” me pregunta una joven vendedora mientras conversamos parados al lado del hostal. También nos acompaña otro jibaro, algo más joven que ella y quien cuenta que vende alrededor de $1.200.000 semanales, tanto así que ha dejado de frecuentar otros puntos de venta por que en el hostal le va muy bien. El adolecente trabaja todos los días, llega en las noches y se para junto con otros tres o cuatro compañeros. En su mano llevan una caja cargada con chicles, dulces y cigarrillos pero si ven pasar algún turista o se abre la puerta del hostal, corren despavoridos donde los potenciales compradores. El que primero llegue se queda con la venta. En medio de la noche arriva el jefe y cada uno de los vendedores se le acerca a liquidar, el resto es ganancia suya. “En el Poblado es muy complicado, sobretodo en el Parque Lleras donde como todo el mundo lo sabe quienes lo manejan son las Bacrim, allá hasta para vender chicles hay que pedirles permiso. El Parque Lleras es una red de trafico”, cuenta sin asombro.

parque lleras - El narcoturismo en Medellín

El informe de Naciones Unidas también reveló que “el extranjero que desde su lugar de origen establece contacto en la búsqueda de una oferta para consumir drogas en la ciudad, lo hace, como permitió constatar el estudio, bajo la motivación de un imaginario extendido por la historia de los carteles en la década de los 80 y los 90 que ha consolidado entre algunos turistas extranjeros la figura de Pablo Escobar Gaviria como un lugarteniente de un territorio sin ley en el que la producción, comercialización y consumo eran abiertamente tolerados”. Conclusiones que no están lejos de la realidad: los extranjeros llegan con desinformación e inocencia sobre la verdadera historia de guerra, desplazamientos y abusos que genera la producción y comercialización ilegal de la cocaína. “Es una posibilidad de ganar dinero, si hay gente pobre que no puede trabajar, necesitan algo para ganar dinero y en Colombia se produce mucha cocaína entonces porque no” expresa Wolfgang, un turista austriaco que hace poco llegó al país. “No me da miedo comprar en la calle, ellos solo van a vender algo y ya. México es más peligroso, tienen la misma situación con las drogas pero allá hay una guerra real. No sé, no vi muchas cosas aquí, no vi en los periódicos muchos muertos, en México si matan 18 personas cada día, quizás pasa lo mismo aquí pero no sé” sentencia el joven Wolfgang.

Para Milton, después de haber hecho amistad con muchos turistas que vienen al la ciudad, la desinformación es un factor determinante en esta realidad, “hay unos que piensan que Pablo Escobar era bueno porque regalaba plata, construía escuelas, hacía hospitales, Piensan que, como era una persona del pueblo, era bueno. Lo mismo les pasa con la guerrilla”. Igual pasa con el país que vio nacer a Pablo Escobar; 20 años después, se debate sobre aquella dicotomía de argumentar sí el narco era bueno o malo, si era un asesino o se estaba defendiendo.

“Hubo un huésped que le rogó a sus compañeros de viaje que en su cumpleaños le soplaran en la cara un gramo de cocaína. Sus buenos amigos cumplieron su deseo y le soplaron 10 gramos” recuerda Milton.

Mientras tanto, Medellín sigue recibiendo a cientos de turistas que aterrizan con el sueño de vivir un intenso y efímero día de alucinaciones.

tour cocaine - El narcoturismo en Medellín

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