El ejército Ejército de Liberación del Pueblo chino en cabeza de Xi Jinping es el tercero más poderoso del mundo, después del estadounidense y el ruso, pero es el más numeroso con 2.600.000 militares activos.
Para finales del 2020, el presupuesto militar ejecutado de China se estima será superior a los USD 237 billones, un poco más del 7% del producto interno bruto-PIB. Una cifra modesta para un país en el que cada año más de 19 millones de jóvenes alcanzan la edad para prestar servicio militar.
Además de administrar el tercer proyecto nuclear más ambicioso del mundo, el cual le ha dejado un arsenal de 90 misiles balísticos intercontinentales con capacidad nuclear (ICBM), el ejército chino reúne a los más grandes emporios empresariales de la nación, como por ejemplo Huawei que es el brazo tecnológico que utiliza el régimen chino -y su ejército- para su expansión definitiva. Las leyes chinas obligan a todas compañías a aceptar a un miembro del Partido Comunista Chino en su directorio cuando este lo considere necesario. Así se ha impulsado el desarrollo tecnológico en sus filas.
En total, China cuenta con más de 3 mil aeronaves militares en su fuerza aérea de las cuales un tercio son para transporte y entrenamiento, mientras el resto son aviones de combate. Entre su repertorio se encuentran 53 modelos de aeronaves, todos producidos en China, Rusia y Canadá. Del mercado estadunidense se registran solo dos modelos Boeing 737 para transporte VIP.
Entre sus filas se destacan los 100 aviones Suckhoi Su-30MK2 que China tiene en su poder. Estos aviones, de origen ruso, cuentan con uno de los esquemas tecnológicos de combate más fuertes de todos y es considerado una de las herramientas de guerra más poderosas y efectivas en el momento. Alcanza una velocidad de 2.120 kilómetros por hora. Tiene un costo unitario de 45 millones de dólares y un costo operativo de 75.000 dólares por hora de vuelo. Es decir, 220 millones de pesos por hora de vuelo. Por otro lado, tiene un sistema de neutralización de radares enemigos incorporado, lo que le permite atacar electrónicamente a cualquier aeronave enemiga.
Por otro lado, no pasan desapercibido los casi 800 aviones cazadores Chengdu, desarrollados en China, que su ejército tiene listos para utilizar. Estos aviones, al igual que los Suckhoi, alcanzan una velocidad de más de 2 mil kilómetros por hora y puede cargar con armamento pesado para efectuar ataques de hasta 2 horas en un rango circular de 800 kilómetros a la redonda. Además, tiene capacidad para ser un peligroso bombardero puesto que puede cargar hasta 500 kilogramos de bombas no direccionadas.
Sin embargo, la joya de la corona de la fuerza aérea china se la lleva los aviones Shenyang, únicos en su clase, que solo existen en el ejército chino. Este es uno de los aviones militares más rápidos del mundo, alcanzado los 2.500 kilómetros por hora. China ha construido un total de 253 de estas aeronaves y ninguna ha sido vendida o cedida a fuerzas militares distintas al ejército chino. Cada una de estas aeronaves tiene un costo cercano a los 30 millones de dólares.
Dichos aviones se complementan con una fuerza en tierra y agua de proporciones muy considerables. A su disposición, el ejército tiene un despliegue de al menos 4 mil tanques de guerra repartidos en todo su territorio nacional y un total de 35 mil vehículos militares de alto blindaje. La fuerza naval, por su lado, cuenta con una flota de 777 naves en las que se encuentran 75 submarinos de combate de última tecnología. Además, tiene al menos 2 portaviones, aunque en el 2019 se confirmó la construcción de otros 3.
China está lista para utilizar su ejército y no pierde oportunidad para demostrarlo. En los últimos meses, tras la visita de altos funcionarios del gobierno de Trump a Taiwan por diferentes razones en agosto y septiembre, dos bombarderos H-6, ocho cazas J-16, cuatro cazas J-10 y otros cuatro cazas J-11 cruzaron la línea imaginaria que divide el estrecho en cuatro puntos distintos al noroeste y al suroeste de la isla, considerada por Pekín una provincia rebelde. La Fuerza Aérea taiwanesa desplegó un número no determinado de cazas, realizó advertencias por radio y activó su sistema de misiles antiaéreos.
