La tragedia griega que empezó a escribirse al comenzar este año está llegando a su clímax. Grecia, en bancarrota, está al borde de la cesación de pagos, del temido default porque mañana debe pagar 1600 millones de euros que adeuda al Fondo Monetario Internacional (FMI) y no tiene literalmente con qué. Una dramática situación que hoy hizo presenciar a Europa el derrumbe de todas sus bolsas de valores en un “lunes negro” que dejó a la de Madrid perdiendo 4,56 %, a Portugal y Milán más del 5 %, París y Fráncfort el 3 % y Londres casi 2 %.
Las negociaciones para llegar a un acuerdo que permita la prórroga del rescate pactado el año pasado para enderezar la economía griega, se rompieron el sábado a 72 horas del fin del plazo. La Unión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional —la temida troika— y Grecia no lograron ponerse de acuerdo en el plan de ajuste que ya lleva cinco años, que se llevó por delante el gobierno de Antonis Samaras y cuya renegociación con promesas antiausteridad llevó al poder a la izquierda radical de Alexis Tsipras.
Tsipras considera que las condiciones impuestas por el Eurogrupo son inasumibles, inaceptables, y por ello convocó un referéndum el 5 de julio y la extensión del rescate hasta entonces. A Bruselas no le gustó la convocatoria del referendo y ha dado un no a esa extensión automática.
Sí, Grecia está en bancarrota. La mayor parte del dinero de los dos rescates ha ido a parar a los acreedores y si sigue funcionando solo es por la asistencia de emergencia del Banco Central Europeo para darle liquidez. Pero el BCE decidió no incrementar las líneas de liquidez de emergencia para los bancos tras la retirada masiva de efectivo de los cajeros durante el fin de semana. Tsipras anunció entonces el cierre temporal de los bancos, aunque no detalló la duración de este corralito, el segundo que se impone en la historia del euro tras el de Chipre.
Los cajeros funcionan desde hoy un máximo de 12 horas y de ellos solo se pueden sacar 60 euros diarios. Se permite realizar pagos con tarjeta en el interior del país así como transacciones internas a través de los servicios bancarios de las páginas web. Los desembolsos a través de tarjetas prepago tienen el límite fijado antes de la puesta en marcha de estas restricciones.
La tensión subirá mañana cuando Grecia tenga que decir que no puede pagarle al FMI. Lo que puede venir sería, en principio, un derrumbe del euro frente al dólar, el aumento de las tasas para la deuda de muchas naciones, sufrirán los bancos, los sectores de alto endeudamiento, como eléctricas e infraestructura. Además de un fuerte castigo a las bolsas de valores.
Y después, la salida de Grecia de la eurozona. Alan Greenspan se aventuró a decir hace unos meses que “la salida de Grecia de zona euro solo es cuestión de tiempo”. Y quizá tuvo razón. La situación griega parece insostenible. La deuda externa suma 342.200 millones de euros —141.100 millones al Fondo Europeo de Rescate, 27.000 millones al BCE, 25.000 millones al FMI—. Hay créditos bilaterales (52.800 millones), bonos (67.500 millones), letras del tesoro (15.000 millones) y otras vías de financiación (13.000 millones).
Y aunque se logren nuevos plazos y nuevos planes de rescate, lo que está claro para muchos analistas es que la deuda griega es impagable. Una señal en ese sentido se dio este fin de semana: Estados Unidos instó a Grecia y a los prestamistas internacionales a dar un nuevo impulso para intentar llegar a un acuerdo que incluya una "posible quita (condonación)”. "Es importante que todas las partes sigan trabajando para lograr una solución, incluido el debate sobre una potencial quita de la deuda de Grecia durante el tiempo que queda hasta el referéndum del 5 de julio", señaló el Departamento del Tesoro de Estados Unidos en un comunicado.
Más allá, Barack Obama llamó a Ángela Merkel para enfatizar la importancia de que Grecia siga en la zona euro. Algunos señalan que la reciente reunión de Tsipras con el primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, puede estar como telón de fondo.
Ahora, en medio de la incertidumbre, del caos en los mercados europeos, Grecia aguantando el corralito se prepara para el referendo del domingo, para decir si acepta o no la medicina de austeridad: aumento de las cotizaciones sociales de los pensionados, incremento del IVA a los restaurantes del 13 % al 23 %, mayores recortes en los gastos de armamento (400 millones de euros en lugar de 200 millones), entre otras.
Tsipras ha tomado el riesgo: si gana el sí posiblemente deba dimitir como primer ministro. En ese caso, podría formarse un gobierno de unidad nacional para lograr un acuerdo con los acreedores.
Otra salida sería que Tsipras convoque a elecciones teniendo en cuenta el nuevo mandato de los griegos. La pregunta del millón es: ¿y si vuelve a ganar Syriza?
Ahora bien, si gana el no, la pelota queda en la cancha de los acreedores. Donde está quizá, la salida de Grecia de la zona euro.
Comunicado del FMI
30 de junio, (22.00 GMT)
Confirmo que el pago de cerca de 1.600 millones de euros debidos por Grecia al FMI hoy no ha sido recibido. Hemos informado al Directorio Ejecutivo de que Grecia está ahora en mora y solo puede recibir fondos una vez que los atrasos hayan sido cumplidos.
También puedo confirmar que el FMI recibió una solicitud hoy de las autoridades griegas para una extensión de las obligaciones de pago debidas hoy, que irá al directorio ejecutivo a su debido tiempo.
Gerry Rice, portavoz del FMI.
