María Emma Fernández es una amante de los libros, el arte, la cultura y además es gestora cultural. Lleva unos 25 años en los Estados Unidos, en donde se desempeñó como profesora durante algún tiempo.
Alguna vez visitó una biblioteca cerca al lugar donde residía y se dio cuenta de que no había sección libros en español, entonces preguntó si había algún grupo de personas que leyeran en español y le respondieron que la gente latina no iba mucho a esa biblioteca. La persona que le dio la información era una latina, colombiana, y María Emma le propuso empezar un club del libro o un grupo de lectura.
Esa pregunta fue el comienzo de un proyecto se inició como un Club del libro en español, y luego se convirtió en la Tertulia 4 gatos, que hoy es un gran logro —han pasado 11 años desde su fundación y además tiene 11 sucursales en Orlando, Florida—.
“Once años es historia, once años es un número muy interesante para nosotros y siento que hemos sembrado lo que se quería. Tenemos un espacio en el que las manifestaciones artísticas son las protagonistas y desde allí difundimos, promovemos y exaltamos la poesía, la lectura, la pintura, etc.”, dice María Emma con emoción.
Luego de estos 11 años de trabajo les queda la satisfacción de crear unión en torno a la cultura, de tejer redes de amigos, reafirmar la entidad.
Pero esta actividad no ha sido únicamente la de presentar a los artistas en los diferentes espacios que se tienen para ello, también ha dejado productos tangibles como un libro que compiló la participación de 32 artistas y se está preparando una nueva publicación de poesía.
En este tiempo muchos son los artistas que han pasado por la Tertulia 4 gatos que se haría imposible nombrarlos a todos, pero todos han dejado una huella imperecedera para los integrantes del grupo.
María Emma es una provocadora del quehacer cultural, que destaca y a la que quienes la conocen hacen elogiosos comentarios de su trabajo.
Quiero saber, ¿qué la pone triste?
“Como dicen: por lo único que lloró Dios es porque la gente no agradece. La ingratitud me pone triste".
¿Qué la pone alegre?
“Ver la sonrisa de mi hijo, lo que hago, mis amigos”.
¿Qué es para usted Dios?
“Lo máximo”.
¿Y el amor?
“El sentimiento más puro de los seres humanos”.
Una frase que sea guía para seguir adelante
“Sonríe”.
Una reflexión sobre su trabajo en estos años
“Creo que hemos adelantado un buen trabajo, que hemos sembrado pues somos un programa constituido en las bibliotecas. Esto ya no muere, es como un árbol que tiene raíces muy sólidas y que ha dado buenos frutos. Es lo mejor que hemos podido entregarle a Orlando aquí en la Florida”.
¿Hay reconocimiento o apoyo gubernamental para estas actividades?
“Yo agradezco que tenemos los espacios en las bibliotecas. Quisiéramos que tuviésemos más tiempo, pero ahí vamos. Tratamos de aprovecharlo al máximo, nos encanta el lugar, el aroma de los libros que son compañía permanente, nos gusta la majestuosidad que tienen las bibliotecas”.
¿Por qué le gusta leer?
“Creo que la lectura es lo mejor que nos ha podido ocurrir a los humanos. Poder entender a tantos pensadores, poder leer a tantos, es decir, la sabiduría que adquirimos, es grandiosa”.
“Pienso que el mundo sin el arte sería triste —sin poesía, sin música, sin esculturas, sin pintura—, es decir no existiría la belleza que nos brinda constantemente el arte”.