El mundo no tiene líderes en la actualidad, sino únicamente estadistas que cumplen con la tarea de administrar; personajes que han delegado en el mercado y el concepto del neoliberalismo la determinación del futuro de la humanidad, para de esta manera ser eximidos de la responsabilidad de guiarla. Esto indicó el día de ayer el profesor Yuval Noah Harari de la Universidad de Jerusalén en el marco del Hay Festival en Cartagena ante un lleno total del Teatro Adolfo Mejía. Según sus palabras, cada vez se acorta más el futuro en que es posible dilucidar, en la actualidad es imposible determinar qué pasará en veinticinco años; pero a diferencia de otras épocas, donde la búsqueda de ese horizonte se encontraba en lo que ocurría en las capitales del mundo: Washington, Londres o París, ahora es necesario buscarlo en Silicon Valley, y no en los líderes escogidos mediante procesos democráticos, sino en protagonistas jóvenes que siguen sus propios intereses y éticas.
Con una gran claridad para exponer sus ideas el profesor Harari, indicó que solo cuando la humanidad aceptó que era ignorante, y que el conocimiento no se encontraba revelado en los libros guías de las diferentes religiones o en las tradiciones ancestrales, fue que la ciencia pudo abrirse camino. Según su argumentación, el desarrollo del homo sapiens se debe a su capacidad para inventar una historia en la que los demás confían, de forma que personas que no se conocen colaboren porque ambas creen en una misma historia; el dólar es para él la ficción más exitosa, pues todos creemos en su valor, incluyendo el grupo extremista ISIS que ha destruido sin piedad los monumentos históricos que encuentra a su paso por Siria, pero ha conservado y utilizado todos los billetes de dólares que se consigue, independiente del mensaje “In god we trust” que incluyen, y que no corresponden propiamente con su mismo Dios.
Con una mezcla de comentarios sobre la realidad que resultaron en varios casos irónicos y motivaron carajadas en el público, Harari fue exponiendo la historia del homo sapiens y su triunfo sobre las otras especies de humanos y animales. Aunque indicó que como raza hemos triunfado en adquirir cada vez más poder, este poder no necesariamente ha traído mayor felicidad a la humanidad, puesto que mantenemos un deseo infinito que nos genera una insatisfacción permanente. Cuestionó que la felicidad que la civilización le haya podido traer a un empleado de una fábrica de camisas en Blangadesh que trabaje 14 horas al día sobre una misma costura en un ambiente cerrado y oscuro, sea mayor que la de nuestros antepasados dedicados a la búsqueda de su propia comida en un bosque.
Como buen científico, siempre basó sus respuestas en evidencias, sin aventurarse a dar opiniones, por esta razón no puedo explicar por qué el género masculino ha triunfado sobre el femenino, cuando la mujer está más capacitada para moverse socialmente, y según él, se ha demostrado que los líderes en la humanidad no son los más fuertes físicamente como podría ser la ventaja del hombre, sino aquellos que logran acuerdos sociales para realizar alianzas y obtener objetivos comunes. Presentó varios de sus argumentos a través de cifras, como cuando indicó que por primera vez en la historia de la humanidad muere el triple de personas debido a problemas relacionados por obesidad que por temas de desnutrición, y que para los norteamericanos presenta un mayor riesgo de salud un restaurante McDonalds que la violencia de sus calles.
El profesor Hararí de solo 40 años, demostró por qué razón su forma de narrar ha tenido tanto éxito, como logró que un libro de texto universitario vendiese 300.000 ejemplares solo en Israel, que su libro “De Animales a dioses – Breve historia de la humanidad” se encuentre en proceso de traducción a 20 idiomas y que su curso en internet sea uno de los más vistos mundialmente a través de la plataforma de Coursera.
