Los primeros anticomunistas o antimarxistas fueron los obreros orientados por los libertarios, quienes le propinaron una humillante derrota conceptual e ideológica al señor Karl Marx en la Primera Internacional de los trabajadores del siglo XlX por sus dogmas absolutistas, burocráticos e irracionales. Sin embargo, en Colombia con ocasión del llamado proceso de paz o fin del conflicto político militar, se quiere dizque proscribir el anticomunismo, situación que es azuzada por el extremismo marxista leninista. Reiterando lo que dijimos en una anterior columna de hace algún tiempo, que las Farc en la legalidad como partido político buscarían eludir el debate ideológico contando con el patrocinio del gobierno para que les haga el favor de evitar esas molestias.
Así como existe el antifascismo, el antinazismo y el anti-apartheid ¿Por qué no puede existir el anticomunismo? A no ser que el marxismo que tiene insumos hegelianos se le quiera dar connotaciones sacrosantas y de intocabilidad, sin saber ¿Por qué? Ya que ese engendro es el responsable de más de 100 millones de asesinatos que han ocurrido en el último siglo en el planeta, entonces la mitología comunista hay que defenestrarla con la lucha de ideas, que es su punto más vulnerable.
No hay que olvidar que importantes dirigente sindicales que cambiaron el rumbo de la historia fueron anticomunistas, como sucedió con Lech Walesa en Polonia, que con el sindicato Solidaridad contribuyo a la debacle del marxismo leninismo en Europa Oriental, de igual manera Ronald Reagan presidente de USA de 1981 a 1989, fue un destacado líder sindical a mediados del siglo pasado, ya que se desempeño como presidente del Sindicato de Actores de Hollywood, ello es demostrativo de que el anticomunismo ha sido una respuesta de la democracia a las acechanzas abyectas del marxismo, resaltando que tanto Reagan, Walesa y el papa San Juan pablo ll quien también se destaco por su anticomunismo, actuaron como artífices de la caída del muro de Berlín en 1989.
En Colombia el sindicalismo no solo ha tenido que aguantar la persecución por parte de patronos y gobiernos, también ha resistido al paramilitarismo que le ha causado muchos muertos durante años, pero además las bandas armadas marxistas de las Farc, el Eln y otras, asesinaron a miles de líderes sindicales, en ocasiones porque no seguían sus designios o no eran de su corriente política e ideológica. Siendo el caso más conocido el crimen que cometió el M-19 en contra del líder sindical José Raquel Mercado presidente de la CTC (confederación de trabajadores de Colombia) en 1976, sin olvidar que algunos historiadores muy serios, señal que el M-19 apareció como resultado de la infiltración que le hizo el comunismo a través de las Farc a la ANAPO (alianza nacional popular) a principios de los años setenta del siglo XX.
La aberración comunista del marxismo leninismo no es la doctrina de los trabajadores, ni mucho menos la brújula que llevara a los pueblos a la felicidad eterna, sino que como secta criminal y burocrática pretende en el caso de Colombia subyugar a la población mediante una dictadura a perpetuidad como ocurre en Cuba, Norcorea y Vietnam, siguiendo los lineamientos del comunismo totalitario para esclavizar a la nación mediante una represión feroz. El marxismo al no ser ninguna brújula es algo similar a lo que dice la Biblia en el libro de Proverbios “hay caminos que parecen derechos, pero al final de ellos está la muerte” y eso ha ocurrido con el marxismo durante su tenebrosa existencia, que promete la emancipación de los pobres con artimañas, pero sus objetivos son avasallar a las masas, igual a lo que hizo Hitler en Alemania con el nazismo y Mussolini en Italia con el fascismo.
El gobierno de Santos debe explicar si va a ceder a las pretensiones del partido comunista y las Farc que buscan proscribir el anticomunismo, elevando a delito el derecho a opinar, lo cual iría en contrapelo de la constitución política del estado, porque el anticomunismo no solo se expresa de manera pacífica en la lucha política e ideológica, sino que también las grandes religiones de la humanidad en sus enseñanzas son abiertamente anticomunistas como ocurre con el Islam, el Hinduismo, el Budismo y el Cristianismo, de ahí que el respeto fetichista que de manera ladina le buscan los dirigentes marxistas a su bodrio es una trampa para que se les reduzca la vía hacia la toma del poder, y eludir la confrontación ideológica a la que tanto le temen.
El anticomunismo es una concepción filosófica que rechaza al comunismo totalitario, que le ha traído a la humanidad las peores desgracias y sufrimientos, pero de manera torva en Colombia por parte del comunismo totalitario se le quiere igualar con el paramilitarismo, cuya aparición fue el resultado de la vesania de la narcoguerrilla marxista responsable de la iniciación, degradación y lumpenización del conflicto, porque a las bandas armadas de las Farc y el Eln no les importa la vida de las personas, pues lo que les interesa es el poder por cualquier medio. Por ningún motivo se debe olvidar que los primeros anticomunistas fueron desde hace 150 años los trabajadores con sus organizaciones en la primera internacional, que impulso los ideales libertarios seguidos por los mártires de Chicago sacrificados en 1886.