A finales del 2018, empezó a rumorearse que el Fútbol Profesional Colombiano (FPC) tendría un canal especializado para transmitir los partidos de la que hasta hace poco se conocía como Liga Águila y, que ahora se llamará, Liga BetPlay. Este rumor se confirmó unos meses después, cuando el presidente de la Dimayor, Jorge Enrique Vélez, hizo el anuncio en diferentes medios de comunicación.
La gran pregunta era si Win Sports —propiedad de RCN y que había adquirido los derechos del fútbol a finales de 2011—, continuaría emitiendo semanalmente los encuentro, o, si entraría un nuevo licitante. Al final, el canal del grupo Ardila Lule renovó su contrato, superando las ofertas que hicieron los demás proponentes.
El proceso fue justo y se hizo con toda la validez del caso. Sin embargo, para muchos suscriptores de televisión la noticia no fue bien recibida, porque esperaban un cambio. Cuando el canal Win Sports inició sus transmisiones en 2012, el FPC se limitó a un solo cableoperador, Directv, quien adquirió todo el paquete para emitir el fútbol colombiano gracias a la alianza a la que llegaron los dueños de este operador de televisión estadounidense con RCN para dar vida al canal.
En ese momento, las quejas de los televidentes aumentaron debido a que la única forma de ver los compromisos de sus equipos era adquiriendo el servicio de Directv —que, por cierto, es uno de los más costosos—. Además, algunos afirmaban que no pagarían una suscripción tan costosa únicamente para ver uno que otro encuentro, porque esa era el verdadero valor del canal, el FPC, lo que atraía la atención del espectador. El resto de programación hace parte de una parrilla muy simple, poco objetiva, estancada en un modelo obsoleto, donde debate sin argumentos con el objetivo de levantar el rating.
Por muchos años, programas como Saque Largo al parecer buscan solamente eso, generar polémicas que se replican en Twitter para aumentar un poco la audiencia. Lo anterior es la muestra inequívoca de un canal que perdió más de lo que ganó y que muchas personas solamente ven cuando juegan sus clubes.
Ahora bien, con la entrada del nuevo canal premium de Win Sports, llamado Win Sports +, al parecer el único gran perjudicado será el FPC. Empezando porque en vísperas del inicio de la Liga BetPlay muchos equipos no entienden bien cómo será el modelo de repartición económica de los derechos de televisión, que ahora se incrementarán pero que no se han visto reflejados, sobre todo si se tiene en cuenta que solamente equipos como el Junior de Barranquilla se han reforzado acorde a las exigencias de una audiencia que quiere un mejor nivel en el fútbol colombiano.
Entonces, ¿qué le ofrecerá Win Sports + a los colombianos? Me atrevo a decir que más de lo mismo. Encuentros de fútbol opacos, simples, con poco espectáculo, en estadios que dejan mucho que desear y con equipos que van apareciendo, hacen una buena campaña y ascienden, sin público ni tradición, como, por ejemplo, Jaguares, Patriotas, Equidad, Boyacá Chicó, Rionegro Águilas (que cambia su nombre frecuentemente), etc.
No solo esto, también es continuar con los mismos programas que día tras día buscan rating a como dé lugar. Saque Largo, Conexión, Kick Off, Mi Equipo, entre otros, que no se han refrescado, sino que mantienen el mismo formato, pero que ahora tendrán “sets increíbles”, tal y como lo anuncia Javier Fernández, narrador del canal.
“Si el gobierno quiere fútbol en televisión abierta, le mandamos la factura”, fue una frase que dijo Vélez cuando se le preguntó sobre el cierre de la señal abierta para partidos de fútbol, una muestra más del lucrativo negocio del FPC. La suscripción a Win Sports + tendrá un costo de 30.000 pesos. Se podrán ver todos los partidos de la liga masculina, 4 de la Copa Colombia, 3 del torneo de la B y uno de la liga femenina, que, por cierto, ojalá reciba lo que merece. Incluso, 4 partidos de la liga turca, una liga de nivel bajo comparado con las ligas más importantes de Europa, pero cuyos derechos adquirieron únicamente porque Radamel Falcao García juega en el Galatasaray y que ha marcado uno de los niveles de rating más bajos.
