A sus 33 años Falcao García creía que tenía el derecho de hacer lo que quisiera. Ya le había dado lo mejor de si al club Mónaco quien lo compró en el 2014. De hecho, defendiendo esos colores contra un equipo de la cuarta división sufrió una terrible lesión enero del 2014 que le impidió jugar el Mundial de Brasil. Tenía una oferta concreta del Galatasaray en donde ganaría mucho menos que en el Principado pero que le permitiría jugar la Champions League. En estos momentos de la vida Falcao García todavía es un soñador y le importa más la gloria que cualquier fortuna. Igual es un tipo millonario.
Tenía todo acordado, en Estambul esperaban hacerle tremendo recibimiento el próximo viernes. Ese calor del público, que vivió en Madrid con el Atlético, en Porto y en Buenos Aires con River lo extrañaba. En Mónaco, ciudad de magnates, el estadio es pequeño y aún así nunca se llena. Es dificil creer que ese equipo pueda tener una hinchada. En Estambul volvería a ser un ídolo. Pero todo se truncó en la tarde del miércoles 22 de agosto. Aunque tenían todo listo entre el Mónaco y el Galatasaray el presidente del equipo, el ruso Oleg Petrov dijo retador sobre el colombiano “los contratos hay que cumplirlos”. Por ahora el pobre Falcao se quedó viendo un chispero y parece que, definitivamente, deberá quedarse en el principado con un equipo que se salvó caso que en la última fecha de descender a la segunda división.