Desde cuando el hombre sustituyó las explicaciones mitológicas y religiosas para los fenómenos y comenzó la búsqueda del esclarecimiento racional a los mismos, los centros de pensamiento se hicieron cada vez más importantes sirviendo de campo fértil para el surgimiento de saberes que han permitido el libre y prolífico desarrollo del conocimiento universal.
La exuberante y magnífica ciudad griega de Mileto a orillas del Mediterráneo, sería la cuna del pensamiento occidental.
En el siglo VI a.C. se formaría la primera Escuela fundada por Tales de Mileto[i], quien acompañado por los filósofos milesios Anaximandro y su alumno Anaxímenes, aportarían en el campo filosófico el “principio de las cosas” el cual llamó arjé, concibiéndolo como el agua, tema que posteriormente sería discutido por otros destacados pensadores como Pitágoras, Jenófanes de Colofón, Parménides, Heráclito, Empédocles, Anaxágoras y Leucipo o Demócrito.
El interés de Tales de Mileto no se concentró únicamente en la filosofía. De hecho, comenzó al intentar dar solución a lo relacionado con la naturaleza práctica de las cosas: sus estudios de astronomía o como él la llamaba, astrosofía, le permitieron predecir un eclipse acaecido en el año 585 a.C.[ii] y sembrar con éxito un cultivo de aceitunas previendo una temporada de lluvias en medio de un periodo de sequía[iii].
Sus conocimientos en náutica le permitieron construir un canal para desviar las aguas del Halis y mediante técnicas de medición aprendidas de los sacerdotes de Menfis (Egipto), desarrollar múltiples teoremas los cuales serían recopilados posteriormente por Euclides en su obra Elementos.
Para Tales de Mileto quien sería llamado el padre de la filosofía y considerado el primer sabio:
“Nada es más activo que el pensamiento, ya que vuela por encima de todo el cosmos.”
La muerte de Sócrates. Óleo de Jacques-Louis David de 1787.
Al mismo tiempo pero en la acrópolis de Atenas, el mundo antiguo disfrutaba también de la sapiencia de Sócrates[iv] a quien exaltarían como padre de la filosofía política y de la ética, dividiendo al conjunto de los pensadores anteriores a él en “presocráticos” y los posteriores como “socráticos” entre los cuales serían considerados los “mayores” su alumno Platón y el aprendiz de su alumno, Aristóteles.
Sócrates sería llamado por sus discípulos átopo o como diríamos hoy en día, una persona original. Prefería la discusión a la escritura por lo que podría encontrársele en los mercados y plazas públicas de Atenas iniciando diálogos y discusiones con todo aquel que quisiera escucharle al tiempo que no se conoce escrito alguno de su autoría.
Su particular “método socrático” lo llevaría a confrontar a los sofistas dejándolos en evidencia al asumir una postura de ignorancia que le permitía, mediante interrogantes, revelar la incongruencia de sus afirmaciones y su subrepticia intención de rentabilizar económicamente sus enseñanzas.
Sería su alumno Platón quien se encargaría de registrar para la posteridad sus enseñanzas las cuales siempre buscaban estimular el espíritu de sus discípulos a través de la “mayéutica”, término que proviene de la palabra griega mayeuta (partera, que era la profesión de su madre), ayudando al “alumbramiento” de las ideas que éstos guardaba en su interior. Este método de desarrollo del pensamiento quedó plasmado en sus propias palabras:
“No puedo enseñar nada a nadie: solo puedo hacerlos pensar.”
La dura crítica de Sócrates al sistema democrático vigente en Atenas que antagonizaba con la servil opinión de los sofistas, se fundamentaba en que “los temas políticos y morales deben ser resueltos por especialistas en la materia”. A sus ojos el Gobierno estaba en manos de ignorantes de las cuestiones más vitales y trascendentes que sólo los expertos podían resolver. Se dice que ésta sería la principal razón para que se le hubiese juzgado terminando su vida como recordamos, con la toma obligada de cicuta.
Cuando el joven Platón[v] tenía 20 años su adinerada familia solicitó a Sócrates, con 63 años, que desarrollara el pensamiento del joven aprendiz, lo cual hizo durante escasos 8 años antes de su forzado suicidio.
12 años después de la muerte de su preceptor, Platón fundaría la Academia de Atenas[vi] dedicada a investigar y a profundizar en el conocimiento destacándose Aristóteles[vii] como su más famoso alumno. Para Platón:
“El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos los caballos.”
Durante los 20 años que Aristóteles permaneció en la Academia de Atenas alimentaría su conocimiento, lo que le permitió escribir más de 200 obras de lógica, metafísica, filosofía de la ciencia, ética, filosofía política, estética, retórica, física, astronomía y biología[viii].
Poco después de la muerte de Platón, Aristóteles abandonaría Atenas para ser, por solicitud del padre de Alejandro Magno, su tutor en el Reino de Macedonia, labor que llevó a cabo durante casi 5 años[ix] cuando el maestro rondaba los cuarenta y el discípulo los 13 años.
Los conocimientos prácticos adquiridos por Alejandro de su maestro le sirvieron para conquistar la mayor parte del mundo conocido.
Al regresar, Aristóteles decidió que en lugar de volver a la Academia fundaría el Liceo[x] en Atenas, donde enseñaría lo que no se enseñaba en la primera: las ciencias de la naturaleza. Para Aristóteles:
“No hay algo que conozcamos que no provenga de la percepción de los sentidos, de la comprensión del alma y del entendimiento de la mente.”
Tales de Mileto, Sócrates, Platón y Aristóteles abrieron el camino de los muchos pensadores que a través de los tiempos han alimentado el “entendimiento de la mente” de muchas personas.
Es así como en Colombia ha nacido una nueva sociedad intelectual, el Centro de Pensamiento Libre[xi], la cual ha decidido aceptar el desafío de coadyuvar al desarrollo del pensamiento crítico y liberal en la sociedad y a través de diferentes ejercicios intelectuales contribuir con la aspiración concebida por Sócrates para la humanidad:
“Para encontrarte a ti mismo, piensa por ti mismo”.
[i] 624 - 548 a.C.
[ii] historiador Herodoto.
[iii] Fuente: Aristóteles.
[iv] 470 - 399 a.C.
[v] 427 - 347 a.C.
[vi] 387 a.C.
[vii] 384 - 322 a.C
[viii] Shields, Christopher. «Aristotle». En Edward N. Zalta, ed. Stanford Encyclopedia of Philosophy (en inglés) (Winter 2009 Edition).
[ix] Ferrater Mora, José (2002). «Aristóteles». Diccionario de filosofía.
[x] 336 a.C.
[xi] https://www.facebook.com/profile.php?id=100063694654084
