En el mundo de los puertos de Pacífico y del Caribe el nombre de Saverio Minervini es bien conocido, pero en ningún lugar tanto como en la casa paterna del Presidente Iván Duque. Para muchos, su mejor amigo, fue casi una de las últimas personas con las que estuvo el papá del Presidente antes de morir.
Minervini vio crecer al Presidente y de allí su cariño e incondicionalidad. Lo conoció siendo un niño de diez años y lo ha apoyado en todos sus empeños, incluidas las campañas al senado y a la Presidencia, como ha hecho también con otros políticos como al senador Juan Fernando Cristo. Carmen fue viceministra para asuntos étnicos del ministerio del interior y luego fue nombrada ministra plenipotenciaria en la OEA en Washington el último año del embajador Andrés González, copartidario de Cristo, el partido que también le dio la oportunidad de llegar a la Contraloría de la mano de Julio César Turbay Ayala, también cercano de Minervini, una amistad heredada de su padre el expresidente Julio César Turbay Ayala. De Washington, Vásquez regresó a la posesión presidencial de Iván Duque y el 7 de agosto tomó juramento como ministra de cultura en reemplazo de la también vallecauana Mariana Garcés.
Saverio hijo del inmigrante italiano Nicola quien llegó con su familia a Cartagena a buscar la vida. Desde finales de los años 50, con una pequeña embarcación fundó la Compañía de Remolcadores Marítimos, que con el tiempo se convertiría en el Grupo Coremar. Los Minervini estaban bien parados cuando se inició el proceso de modernización de los puertos en Colombia y pudieron así ofrecer servicios logísticos a compañías extranjeras que empezaban a llegar al país. Estaban allí cuando el país empezó la exportación de hidrocarburos en 1985 con Iván Duque Escobar de Ministro de Minas y Energía en el gobierno de Turbay Ayala. Proveyeron las plataformas, barcazas y combustible requerido y de paso nació una amistad que se prolongó hasta la muerte de Duque el 3 de julio de 2016.
En simultánea con su padre, Saverio empezó en 1959, a abrirse horizonte empresarial en Buenaventura. Llegó en 1991 la privatización de los puertos en el gobierno Gaviria y con ésta, la oportunidad de oro para los Minervini. Junto a otros empresarios vallecaucanos conformaron en 1993 la Sociedad Portuaria de Buenaventura y lograron una concesión de veinte años (1994 y 2014) para la administración del Terminal Marítimo de Buenaventura. En 2014, Coremar ya operaba tres remolcadores en Buenaventura, el lugar que se convirtió también en el escenario de su relación amorosa con Carmen Vásquez, una abogada treinta años menor que entonces trabajaba en la Cámara de comercio del puerto y a quien convirtió en su tercera esposa.
La familia Minervini no escapó a la violencia. Nicola fue secuestrado por cinco personas cuando llegaba a sus instalaciones de Astilleros Cartagena, ubicado en el sector de Mamonal en septiembre de 1996. Un comando de la Fuerza Naval del Atlántico, con el apoyo de dos helicópteros y patrulleras guardacostas, logró rescatar sano y salvo cerca de la población de San Antonio, cuando era a transportado en un embarcación por el Canal del Dique hacia el Sur de Bolívar para ser entregado a la guerrilla.
Saverio Miniervini ha sido un experto en entender las coyunturas y leer las oportunidades económicas. Conectado con el sector energético vio la posibilidad de apoyar operaciones costa afuera o offshore en áreas de exploración principalmente de gas que estaba asignando la Agencia Nacional de Hidrocarburos en la Costa Atlántica y Pacífica. Es así, como en el año 2006, el grupo Coremar decidió estructurar una unidad de negocio enfocada en el mercado de Oil &Gas, e invirtió en la adquisición una flota buques especializados para la operación en las fases de sísmica, geofísica, geotécnica, ambiental, perforación y construcción costa afuera. Estableció a su vez, una alianza estratégica con Fugro, el mayor integrador mundial de servicios geotécnicos y geofísicos y construyó dos bases especializadas para el apoyo logístico, ubicadas estrategicamente en Cartagena y Barranquillla, las cuales han apoyado operaciones de Equion, Andarko, Repsol y Ecopetrol.
Desde su cómodo apartamento en Cartagena, Saverio no para de visualizar negocios. En 2007 se lanzó a crear un puerto en la ribera del Río Magadalena, a 18 km de la desembocadura en Bocas de Ceniza, en un terreno cienagoso y virgen y logró consolidar Palermo Sociedad Portuaria: 500 mt lineales de muelle, áreas de almacenamiento en espacio abierto, bajo techo y silos horizontales. Poco tiempo después, en 2010 creó la Fundación Minervini que transformó en Fundación Buenamar dedicada a la protección del medio ambiente y promover el desarrollo social de los jóvenes del puerto fluvial Palermo que opera en La Heroica donde pasa buena parte de su tiempo.
Diez años después, en 2017, una nueva Concesión de veinte años por parte de Cormagdalena para el uso de la ribera del río propiedad de la nación, en donde operan tres unidades de negocio: Palermo Sociedad Portuaria (terminal portuario), Palermo Zona Franca (zona franca) y Palermo Tanks (terminal de líquidos). Concesión que se suma a la otorgada en 2005 para operar “Antiguo muelle Esso” a la Sociedad Portuaria de Palermo en Coveñas en el Golfo de Morroquillo.
Ante la necesidad de distribución de combustibles dentro de su operación logística, Saverio concibió otra oportunidad y fundó Petrocomercial, empresa dedicada a la importación y distribución mayorista de combustibles y lubricantes para motores a gasolina, extra, diésel y barcos (diésel marino), con plantas de almacenamiento y distribución en Barranquilla, Cartagena y Buenaventura, así como embarcaciones para surtir a las naves mar adentro. Centrado en el tema marino en el 2015 resolvió venderle a Puma Energy las 135 estaciones de servicio con la marca Save Combustibles.
Después de 50 años, el Grupo Coremar en cabeza de Miniervini, es el primer conglomerado marítimo de Colombia, con varias lineas de negocios: puertos y terminales, transporte marítimo, remolcadores, distribución de combustibles y servicios logísticos offshore. Adicionalmente realiza actividades offshore en Brasil, Argentina, Trinidad y México en un plan de crecimiento imparable que le deja poco tiempo libre pero que aprovecha para compartir con Carmen Vásquez en Bogotá o Cartagena.