El mundo del arte se estremeció el año pasado cuando Claude y Paloma, el cuadro en donde Picasso retrataba a dos de sus hijos, fue comprado en 28 millones de dólares por Wan Jianlin, un chino de 60 años cuya escandalosa fortuna, calcula Forbes, roza los 25 billones de dólares.
Pero este no ha sido el único objeto español que ha comprado Jianlin últimamente. Hace unos meses, aprovechando que sólo en el 2013 su riqueza creció en seis mil millones de euros, compró el emblemático rascacielos Edificio España en la Plaza España que le compró al Banco de Santander por 260 millones de euros, una monumental construcción de 117 metros de alto a un costo de 265 millones de euros. Lo que hará con el edificio será hacer un hotel de lujo y una serie de centros comerciales que serán, sin duda, los más importantes de la capital española.
Sin embargo, su compra más rutilante fue el haberse hecho acreedor, a través del grupo Wanda, compañía que preside, del 20 por ciento de las acciones del Atlético de Madrid, sacudiendo el mercado futbolero. La idea a corto plazo es convertir al conjunto rojo y blanco en uno de los más poderosos de Europa. La hinchada está feliz y ya hace cuentas: el chino es dos veces más rico que el petrolero ruso Roman Abramovic, dueño del Chelsea. En la próxima temporada el Cholo Simeone, técnico del Atléntico de Madrid, seguramente tendrá la chequera abierta para contratar lo que quiera.
Originario de una zona pobre de la provincia de Sinchuan, Wang pasó 16 años en el ejército y militó en el Partido Comunista chino antes de conseguir un trabajo en la ciudad costera de Dalian, lo que le permitió convertir radicalmente una empresa de propiedad municipal que estaba perdiendo dinero en una empresa multimillonaria a la que bautizó como Wanda.
Apasionado por la música, la televisión y el cine –es propietario de más de 5.000 salas de cine y 346 teatros alrededor del mundo- Wang se divierte con muy pocas cosas. Sus subalternos afirman que cada vez que hay reunión de la compañía, y el ambiente se torna festivo, le da por entonar viejas canciones mongolas.
En Estados Unidos ya había entrado con fuerza. Si bien buena parte de la inversión se le fue en comprar hoteles de lujo, urbanizaciones, edificios y condominios, el gusto que más ha sabido disfrutar Jianlin fue el haber adquirido AMC Entreteinment, propietaria de las salas IMAX, la compañía que ha revolucionado la televisión emitiendo series como The walking dead, Mad men, y la joya de la corona: Breaking bad.
En su apretada agenda, el magnate está muy ocupado como para pensar en noviazgos. Es por eso que, como tantos otros millonarios chinos, ha recurrido a la agencia Entrepreneur’s Club for Singles, especializada en encontrar por 25 mil euros anuales la esposa perfecta en unas cuantas semanas. Aunque por ahora su obsesión mayor es preparar al Atlético para derrotar a su eterno rival, una obsesión que lo mantendrá ocupado todo el año.
Los aficionados al fútbol de ahora en adelante deberán grabarse el nombre de Wan Jianlin, así él, seguramente, desconozca por completo este deporte.