Por primera vez en dieciocho años de existencia, el partido político Mira decidió abrir sus listas al Senado de la República. Con 24 candidatos apostó a pasar el umbral y a obtener por lo menos 4 o 5 curules.
La cabeza de lista fue otorgada a una candidata que no tenía mayor reconocimiento mas allá que en las bases del partido, si bien era la representante a la Cámara por los colombianos en el exterior, su pasado político era nulo.
El número dos era Carlos Eduardo Guevara, el más experimentado de la lista: había sido concejal, candidato a la Alcaldía de Bogotá y actualmente jefe político de Bogotá y representante a la Cámara de esa circunscripción que es el fortín del partido.
El número tres le correspondió a la candidata Aydee Lizarazo, autodenominada la candidata del eje, puesto que apadrinaba Caldas, Risaralda y Quindío.
Los demás candidatos en su orden representaban departamentos con altas votaciones como Antioquia, la Costa y el Valle.
La extraña coincidencia, y es a lo que llamo el milagroso resultado, fue que la lista que diseñó Carlos Baena, presidente de esa colectividad, le atinó al orden estricto casi de una lista cerrada. Es decir, al competir los 24 candidatos el pasado domingo, justamente se reordenaron, pero entraron con curul y quedaron en orden de votaciones los tres primeros tal y como estaban asignados en sus candidaturas.
Así pues, Ana Paola Agudelo (#1) Carlos Guevara(#2) y Aydee Lizarazo (#3) quedaron como los tres mejores votados, y conservaron el mismo orden que les dieron antes de las elecciones. Coincidencia, planeación matemática o simplemente curiosidad electoral.