El regreso de la Orquesta Filarmónica Juvenil en el auditorio de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, hace ya un año, fue grande. Al frente de los jóvenes músicos estaba un hombre de 75 años, frente ancha y medias de un rojo chillón: se trataba del maestro Carlos Villa. Siguieron su batuta hasta completar con aplausos la obertura de las Bodas de Fígaro, el Concierto para violín en mi menor opus 64 de Mendelssohn y la Sinfonía en sí bemol mayor op. 60 de Ludwing Van Beethoven. Él era el artífice del sonido internacional que se escuchó el sábado 12 de junio del 2014 cuando la orquesta de los jóvenes tomaba formalmente vida después de su renacimiento en enero del 2013 como uno de los propósitos del alcalde Gustavo Petro.
Un propósito que se ha materializado con apoyo presupuestal y la voluntad de David García Rodríguez, director de la orquesta Filarmónica de Bogotá, de crear 17 orquestas más, una para cada localidad. David Garcia había vivido durante 27 años en Austria en donde estudió música y gestión cultural. No era ajeno al mundo de las orquestas porque de niño había vivido el proceso de creación de la Orquesta Filarmónica de Bogotá bajo la dirección de su padre Raúl pero tenía entre sus planes liderar este proyecto de la alcaldía de Petro, a quien había conocido a través de Iván Cepeda con quien compartió años de estudio en Europa.
Davig García, director de la Orquesta Filarmónica de Bogotá. Foto: Revista Credencial - Walter Gómez
Una de sus primeras decisiones como director de la Filarmónica fue repatriar al maestro Carlos Villa quien había triunfado en Europa y vivía en Nueva York. Discípulo de Iván Galamian en el Instituto Musical de Curtis, el mejor de Estados Unidos, violín principal en Eleanor Rigby, la mítica canción de los Beatles, director de la Camerata de Salzburgo y creador de bandas sonoras para Hollywood, el violinista caleño es un maestro de talla universal.
García lo convenció de regresar a Colombia a hacer patria, a formar jóvenes músicos. Decidido a emprender el desafío, empezaron a hacerse las audiciones. Villa se puso a la cabeza de la selección de 36 jóvenes, seleccionados de los mejores conservatorios del país: trece de la U Nacional, cinco de la del Tolima, 4 de la Javeriana y tres del Juan N.Corpas.
Año y medio de duros ensayos sirvieron para consolidar un sonido propio. A donde se ha presentado la orquesta ha deslumbrado. El 9 de abril de 2014, en el día nacional de las víctimas, tocaron Resistencia en la tierra, la maravillosa sinfonía del maestro Francisco Zumaqué. Fue tan emocionante la presentación que Juan Manuel Santos, quien se encontraba entre el público, los invitó a que tocaran en su posesión. Después vendrían los conciertos en la Catedral de Sal de Zipaquirá, el acompañamiento que hicieron en Turandot, la ópera de Puccini y sus impresionantes presentaciones en la semana Mozart y en el Festival de música clásica de Cartagena.
Carlos Villa, el reconocido violinista, ahora director de la Orquesta Filarmónica Juvenil de Bogotá. Foto: filarmonicabogota.gov.co
Pero la labor que emprendió David García no se limita a consolidar sus dos agrupaciones insignes. La Orquesta Juvenil de Cámara, compuesta por 20 músicos y dirigida por Federico Hoyos, la Filarmónica Juvenil de vientos, integrada por 24 músicos y el grupo Vocal Filarmónico, encargado de conectarse con manifestaciones urbanas como el rap y el hip hop, están convirtiendo a Bogotá en una ciudad imprescindible en el escenario latinoamericano de la Música.
La tarea emprendida por la Alcaldía y la Orquesta filarmónica es descomunal. La idea es tomarse la ciudad como un semillero de grandes músicos. Gracias a la gestión de García 19 mil niños reciben 4 horas diarias de música. 135 profesores, desperdigados en los colegios públicos de Bogotá, se encargan de pulir y encontrar futuros talentos. Además se ha hecho un convenio con los alcaldes de Usaquén, La candelaria, Suba, Tunjuelito y Teusaquillo para crear orquestas en cada una de estas localidades, un hecho que transformará para siempre la vida de los muchachos que viven en estos lugares.
36 jóvenes integran la Orquesta Filarmónica Juvenil de Bogotá - Foto: filarmonicabogota.gov.co
Y los sueños no paran allí. Hace unos meses la alcaldía compró un terreno, aledaño al estadio el Campín, para construir el Teatro Filarmónico. El costo de la obra llegará a los cincuenta millones de dólares y se espera que esté terminado para finales del 2016.
En esta década la capital pasó de 90 conciertos a 425 al año, una prueba más de que Bogotá se ha consolidado, gracias a la gestión de David García y el apoyo irrestricto del alcalde Petro, en una urbe que palpita, vive y respira la más hermosa de las músicas.
