Desde haces meses, cuando con el cambio de Fiscal se retiró del CTI, Julián Quintana sintió la presión de seguimientos en la calle, razón por la cual decidió encerrarse en su casa y evitar al máximo los contactos sociales. La decisión de contarle a la Corte Suprema la verdad de los hechos de los que fue testigo como funcionario de la Fiscalía en relación con la infiltración de la campaña de Óscar Iván Zuluaga se concretó la semana pasada, con lo cual su situación de seguridad se le complicó.
Quintana habría revelado detalles de la denominada “Operación Penetración”, estructurada desde la Dirección Nacional de Inteligencia en cabeza del almirante Echandía como informó Las2Orillas en la investigación publicada el pasado mes de agosto y cuya versión ratificó Quintana en su declaración juramentada. Fue el Almirante Echandía quién contactó al Fiscal General Eduardo Montealegre días previos a la votación de la reelección presidencial en la que se enfrentaron Juan Manuel Santos y Óscar Iván Zuluaga, quién resultó vencedor en la primera vuelta.
En la declaración de Quintana habrían aparecido otros nombres asociados a la Dirección de Inteligencia del Estado involucrados en el caso como el sargento de la Armada Nacional Javier Tarazona y el también sargento y Director de Asuntos Internos de la DNI Jorge Muñoz, quienes se reunían con el hacker español Rafael Revert encargado de infiltrar la campaña del candidato Oscar Iván Zuluaga para obtener alguna prueba que permitiera incriminarlo como terminó ocurriendo. El ex director del CTI Julián Quintana pide las garantías de protección necesarias y no desconoce que tiene miedo