¿Qué permite que Estados Unidos se mantenga como la economía más dinámica y pujante del mundo teniendo posiblemente la tasa de mortalidad empresarial más alta del planeta? La razón parece ser la sorprendente predisposición de los estadounidenses al cambio y su tolerancia a la quiebra y al fracaso, lo que a su vez convierte a esta nación en tierra fértil para la creación de las empresas en el filo de la navaja tecnológico, empresas que por definición tienen un altísimo nivel de mortalidad. Crear una empresa de alto riesgo comercial —como son casi todas las de alta tecnología— en naciones con leyes que no toleran el fracaso y condenan a los empresarios a que deben cerrar o reestructurar alguna de sus empresas a muchos años de ostracismo y de ruina económica, es una tarea casi imposible como señalan estudios del Banco Mundial.
Pocas cosas asombran más al observador desprevenido que la trasformación, por no hablar de la mortalidad empresarial en Estados Unidos. Según un reciente informe, de las 500 compañías en el Fortune Five Hundred en 1965, el 87 % ya no está en la lista. Puesto de otra forma, 433 compañías que hace 50 años formaban parte de las 500 empresas más grandes de Estados Unidos, han desaparecido. (No necesariamente las 433 empresas han quebrado. Algunas no alcanzan el volumen de ventas para clasificar en la lista; otras han reducido su tamaño; varias se han fusionado o han sido absorbidas por otras empresas).Y dentro de esas 433 compañías en la lista de 1965 que han pasado a la historia se encuentran empresas emblemáticas como Pan American, TWA, RCA, y American Motors. Otras, como Apple, que hoy en día es la empresa más valiosa del mundo, no existían hace 40 años. Es más, ninguna de las grandes empresas tecnológicas como Google, Oracle, Intel, o Cisco habían nacido hace tres décadas. Es probable que en los próximos 40 años se de un vuelco similar: es decir, el 85 % de las empresas del Fortune 500 no van a estar en la lista en el 2055. Es más, posiblemente ni la revista Fortune exista para esa época.
En reciente libro, Crear o morir, el periodista Andrés Oppenheimer afirma:
En Silicon Valley, cuando enumeras tus fracasos es, como si estuvieras enumerando tus diplomas universitarios. Todo el mundo aquí entiende que con cada fracaso aprendiste algo, y que por lo tanto eres más sabio que antes…Thomas Alva Edison, el empresario que inventó el foco eléctrico de uso masivo y patentó más de 1093 productos —incluyendo el fonógrafo y la filmadora de cine— realizó más de 1000 intentos fallidos para inventar una lamparita eléctrica de uso masivo antes de lograrlo, según sus biógrafos. De ahí que muchos le atribuyen haber dicho que "no fracasé 1000 veces, sino que la invención de la bombilla eléctrica requirió 1000 etapas…Sir Richard Branson, el fundador de Virgin Records, de la compañía de turismo espacial Virgin Galactic y cientos de otras empresas de todo tipo, me explicó que las empresas exitosas fomentan una cultura de la tolerancia con sus empleados que lanzan proyectos que terminan fracasando, y de incentivos a la toma de riesgos. El miedo al fracaso aniquila la innovación. Hay que asumir riesgos constantemente, insistió.
En Colombia no ha sido fácil modificar la enorme aversión social y legal hacia el fracaso. El miedo a fracasar, por causa de la misma intolerancia de la sociedad con los fracasados, se apodera de los empresarios. Legalmente buena parte de las empresas e individuos que quiebran entran en un indefinido proceso de “muerte civil” del que difícilmente pueden volver a salir. Un individuo o una empresa que quiebra es un ‘paría’, un ‘intocable’. Para rematar, los bancos los persiguen hasta la tumba. Y mientras este sesgo en contra del fracaso exista en Colombia, no hay la menor posibilidad de que el país se convierta en un foco de innovación y creatividad.
