El mercurio, ese enemigo silencioso

El mercurio, ese enemigo silencioso

Los alquimistas creían que era un ingrediente básico para conseguir la piedra filosofal, sustancia capaz de transformar metal en oro y, además, dar vida eterna

Por: Carmelo Antonio Rodríguez Payares
julio 07, 2023
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El mercurio, ese enemigo silencioso

Me contó que se había levantado con los primeros gallos de ese miércoles de junio, conmovido por la noticia de la muerte repentina de su amigo de juergas y parrandas, - y hasta de fechorías que no alcanzaron a calificar en los delitos referidos en el Código Penal – el inolvidable Peregrino José Guerrero, a quien conoció una noche en un rancho por los lados del río san Jorge en Córdoba, cuando intentaba sacarle sin mayor fortuna algo a su tarraya y logró convencerlo de cambiar de actividad por otra que le pudiera mejorar su vida y lo resumió todo en una palabra: Minería.-

Y así nació una amistad que perduró en el tiempo hasta que la muerte los separó en el momento menos pensado.- Por los antecedentes médicos de Peregrino con sus andanzas por los ríos y barrancos del Bajo Cauca y el excesivo uso sin límites de un mineral blancuzco que uso por años para no dejar escapar el arisco oro, nadie le advirtió por el camino que aquel que por muchos años le hizo una vida mejor, era el mismo que años más tarde le iría a cobrar con un precio demasiado alto porque Peregrino falleció cuando apenas tocaba las ramas de un árbol que había sido destinado a vivir 93 años y cuatro meses, pero apenas alcanzó a celebrar los 75 y siete meses, justo ese mes de junio.-

Preocupado como el que más, corrió a averiguar si era cierto el resultado que recibió de medicina legal en donde, palabras más palabras menos, decía que su amigo había fallecido por “hidrargiria”, que no era otra cosa que la intoxicación por mercurio cuando se ha estado expuesto a este elemento durante un largo período de tiempo.- Lo acompañó en sus nueve noches y juró averiguar todo acerca de esa tragedia que se podría calificar como el drama silencioso que viven muchos por allá por el Bajo Cauca, su tierra de origen.-

El mercurio, al que durante mucho tiempo se conoció como azogue, es un elemento químico que a muchos les causa fascinación y por ese mismo camino es objeto de una especie de embeleso y les digo por qué.- A uno le dicen, por ejemplo, tráigame ese frasco rojo que ve allá; listo, va uno a levantarlo porque lo ve pequeño y con qué se encuentra: con una vaina pesada que exige más fuerza de lo normal y es cuando vuelve uno a preguntar: ¿Y esto qué contiene? Azogue, mijo, azogue, y apúrese que lo necesito para ya! No ven.- Además de eso su interés radica no sólo porque es el único metal que se encuentra en estado líquido a temperatura ambiente sino porque durante siglos los alquimistas creían que era un ingrediente básico para conseguir la piedra filosofal, la sustancia capaz de transformar cualquier metal en oro, curar enfermedades y conceder la inmortalidad.

Por desgracia el mercurio tiene su lado oscuro, ya que puede producir mucha toxicidad en los seres humanos.- No en balde muchos alquimistas murieron envenenados por un uso excesivo de este metal.- Es así como en el siglo XIX los sombrereros utilizaban compuestos derivados del mercurio –nitratos- en el procesado de las pieles que empleaban para fabricar sombreros de fieltro. Además estos artesanos recurrían a ellos para evitar que los sombreros se apolillasen por la acción de microorganismos, un remedio que era muy útil debido a que los compuestos mercuriales son poderosos antisépticos.-

Cuentan que estos fabricantes trabajaban en espacios cerrados, razón por la cual inhalaban de forma continua aquellos efluvios procedentes del pegamento y absorbían cantidades tóxicas de mercurio, el cual se alojaba en el cerebro, dañando las neuronas.- De hecho, el personaje del Sombrerero loco que aparece en ese libro prodigioso que se llama «Alicia en el País de las Maravillas», de Lewis Carroll, sufre esta patología o enfermedad llamada mercurialismo, que es una dolencia caracterizada por temblores, cambios de personalidad, irritabilidad, nerviosismo y depresión. Toda esta constelación de síntomas fue la génesis para que la gente pensara que «ser sombrerero era una profesión de locos».

Bueno, eso es lo que dicen los libros, pero un par de amigos, cada cual por su lado me dieron la versión nacida de sus experiencias personales acerca del riesgo que se corre cuando no se toman las medidas y no se previene a tiempo el uso inadecuado de este elemento, necesario como el que más en la minería.- Se trata de Efraín López Cangrejo y Harold Echeverri Avendaño, aunque este último ya se encuentra retirado de esa actividad, pero estuvo a punto de ser arrastrado por ese enemigo con el que muchos duermen como si se tratara del objeto más inofensivo que hay sobre la tierra.- Me dicen, incluso, que un comprador de oro reconocido por muchos en esa región como Elkin Pérez fue otro de los afectados de los tantos, así como el caso del doctor Blanco Salas, un personaje que resultó con todos los síntomas de cualquier minero por la mera razón de haber atendido a sus pacientes por años en un consultorio que era una isla rodeada por compras de oro por los cuatro costados.-

Me dice Efraín que ya el daño está hecho y que si uno mira todas esos arrumes de piedras o cascajo que por años dejaron allí las dragas de la empresa, con sus escorias y todo, tienen en sus entrañas el mercurio porque en aquellos tiempos nadie daba un peso por apostar que ese inofensivo mineral fuera el causante de que a las personas se les cayera el pelo, otras cosas y hasta llegaran a perder la memoria.- Harold, complementa las palabras al señalar el alto grado de volatilidad que tiene este elemento y que a pesar de que se tomen las restricciones necesarias, no se puede descartar que de aquellos quemaderos de oro de antes, cuando se hacía dentro de muchas casas, en los patios y con la familia presente, hoy se tengan que correr con las consecuencias.-

Acudo a los periódicos de ayer y me encuentro con este artículo: “El lunes 16 de julio de 2018 quedó en la historia como el día que oficialmente Colombia prohibió el uso de mercurio en la minería, tal como estaba establecido en la ley 1658 de 2013. En dicho acto legislativo se determinó que en cinco años (2018) se prohibiría el uso de este elemento en toda actividad extractiva, principalmente aurífera ─una de las que más usa mercurio─ y que, para 2023, la industria y todos los procesos productivos en el país deberían eliminarlo de sus actividades”.-

“Desde hoy los mineros con título y autorización ambiental deberán continuar sus actividades sin el uso de mercurio. Con esta medida se reducen las emisiones y liberaciones en el medioambiente, que son altamente contaminantes”, indicó el ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo”, señala el recorte de prensa.-

“De acuerdo con Willer Guevara, viceministro de Políticas y Normalización Ambiental del Ministerio de Ambiente, una de las primeras medidas que se tomó fue restringir la importación de mercurio, que antes de esta ley estaba en promedio en 100 toneladas al año. “A partir de septiembre de 2017 quedó autorizado solo un cupo de 5 toneladas como máximo que serán utilizadas principalmente por las actividades del sector salud hasta el 2023”, indicó el funcionario.-

Y a pesar de su prohibición eso se consigue en el mercado negro que llaman y me explican, por ejemplo, cómo carajo hace un minero de la región de Ayapel, en donde el oro registra una ley de 998, es decir es polvo puro para que no se les escape sino es con ese producto que desde siempre está hecho para atraparlo sin mucho trabajo.- Cuentan que los pacientes afectados por esta enfermedad sufren de espasmos, tembladeras y la droga que requieren no solo es costosa, sino escasa.-

Ambos personajes coinciden al señalar que si bien sufrieron algunas afectaciones por la presencia del mercurio en sus cuerpos, ellos argumentan que al tener en su momento unas defensas fuertes derivadas de sus edades, no sufrieran mayores percances y hasta la fecha han descartado cualquier anomalía relacionada con esa actividad.-

Pese a todo y sin generar alarmas innecesarios, es preocupante lo que dicen los informes de entidades muy serias que calculan que por lo menos 100 toneladas de mercurio se derraman cada año en los ríos de Antioquia, afectando la salud de más de un millón de personas en 16 municipios del departamento.- Y uno se queda perplejo porque parece que a nadie le importara un pito.- Y es cierto, a nadie parece importarle una higa por que entre el espeso calor, la naturaleza apabullante y los búfalos que recorren las coloridas praderas de la región del Bajo Cauca, persiste uno de los negocios más fructíferos de los últimos tiempos: el oro. Pero también crece una peligrosa cuenta de cobro: el mercurio, con más de 100 toneladas de este venenoso metal que caen a los ríos de Antioquia cada año, dice uno de los tantos informes reseñados para estos relatos.-

Son 520 toneladas que han llegado importadas desde países como México, Alemania, España, Estados Unidos y Países Bajos. En su mayoría por empresas localizadas en Medellín pero que tarde o temprano, más temprano que tarde, diría cualquier desocupado, terminan en las más de 1.500 minas y en 13 ríos de Antioquia, afectando la salud de más de un millón de personas en 16 municipios del Bajo Cauca, Suroeste, Nordeste, Occidente y Magdalena Medio.- Es así como el pescado, el cerdo, el pollo, el huevo, la yuca, el plátano y el ñame, reflejan altas concentraciones de mercurio y metilmercurio en varias zonas del municipio de El Bagre, en el Bajo Cauca.-

Ya se dijo, pero es bueno repetirlo con todas sus letras, que los efectos de ese consumo en humanos serían palpables en algunas comunidades, dicen varios investigadores de la Universidad Lasallista en el libro Minería, mercurio y salud.- Allí se dice que el mercurio se utiliza para la extracción del oro en el Bajo Cauca y cuando este se quema se vaporiza, llega a la atmósfera y luego cae con las precipitaciones.-

Según la investigación, este cae al sedimento donde se junta con bacterias que les incorporan grupos de carbono. Es ahí cuando su forma se denomina metilmercurio, el cual se absorbe más fácil en organismos vivos en donde tiene la capacidad de acumularse.-

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que el metilmercurio es responsable de generar problemas cognitivos, lingüísticos y de coordinación, bajo coeficiente intelectual, problemas de memoria, bajos desempeños en tareas de velocidad y movilidad táctil, pero también causar la muerte sin que nadie supiera en su momento como le ocurrió al bueno de Peregrino José Guerrero, quien al final se fue de este mundo, despedido por sus amigos que están alejados de esa actividad, la misma que les produjo el dinero necesario para gastarlo en eternas parrandas, pero no tanto como para adecuar un buen quemadero que los mantuviera alejado de este enemigo que por sus características parece no hacerle daño a nadie, pero vaya y tóquelo y verá.-

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