En el marco de la inauguración del Museo de Arte Pérez, otra cita obligada para los amantes del arte, para galeristas, curadores y especialistas es Miami y su semana de ferias. Al lado de la Feria de Miami, se encontraba Contexto con sus enormes instalaciones en la zona del Midtown. En el Centro de Convenciones de Miami Beach, Art Basel. Y Aqua 13 en Lincon Road. Todas las galerías del mundo muy seleccionadas presentaron obras de arte moderno y contemporáneo en espacios generosos y en lugares enormes.
Me llamó la atención que muchas propuestas giran alrededor de la figura humana, hombres de tamaño regular en bronce pintado, mujeres tan viejas que el artista busca algo más real mientras la escultura de un caucho parecido a la piel, respira por medio de una bomba mecánica que tiene en el estómago. Muchos retratos como la mujer de la perla de Vermeer realizada con polvo de diamante. Se pensaría en una vuelta atrás a la figuración o la continuación del camino ya recorrido de maestros del Pop norteamericano como Tom Wesselmann, Andy Warhol o, jóvenes que se interesan por armar proyectos en donde queda sugerida la presencia de la figura humana.
También muchos objetos hacen parte de la muestra, instalaciones interesantes como la pintura imaginada en una la máquina de humo de colores de Olaf Breunig o las Calaveras haciendo el amor de Shen Shaomi o la terrible instalación de hombres en yeso expuestos a una luz blanca de neón que los perturba y donde hacen el ejercicio de ser otros de Barnard Roig.
Galerías de casi todos los continentes, diversas culturas y contextos que siguen unas mismas tendencias. El mundo de las imágenes ya casi pierde la bella teoría de la Sociología de Arte de Pierre Francastel y nos quedamos con invenciones de creaciones interiores de mentes en el más globalizado. Tal vez India y China mantienen una independencia más representativa.
Cada feria tiene su especialización, unos más modernos, los otros contemporáneos y los jóvenes de vanguardia. Son demasiados eventos para tan poco tiempo pero la primera semana de diciembre fue una fiesta donde el comercio del arte tuvo su protagonismo. Se podía ver cómo se mueve de verdad el mercado, cómo los asistentes van a comprar mostrando otro componente figurado del mundo actual: los ricos son más ricos y los pobres más pobres.
