Antes de empezar debo advertir que esta nota contiene SPOILERS del 6x10 de GOT.
Cuando se trata de un fenómeno televisivo de la magnitud de GOT, es obvio que las opiniones a favor o en contra del mismo siempre están presentes. Tras una temporada que esperamos con ansias (e incertidumbre) por conocer la suerte de Jon, llegó el esperado inicio de la misma, que empezó justo donde nos dejó el último: en un lúgubre Castle Black despertando al alba con el lamento de su lobo huargo, y el Lord Comandante aún yaciendo sin vida sobre la nieve ensangrentada.
Así comienza la esperada sexta temporada de Juego de Tronos y de ahí se precipita de forma trepidante en una secuencia de capítulos que —seamos sinceros— tuvo sus altas y sus bajas. Afortunadamente, para quienes amamos la serie, fueron más las "altas que las bajas" y la temporada estuvo llena de momentos que hace tiempos esperábamos; situaciones, tramas y conflictos que se resolvieron a lo largo de la misma; reaparición de personajes que creíamos perdidos para siempre desde temporadas pasadas; inclusión de nuevos personajes que enriquecen y hacen avanzar la historia y confirmaciones de teorías que circulaban entre los fans desde hace tiempo, (como que Jon Snow sería devuelto a la vida por Melissandre, o el verdadero origen del "bastardo" de Ned, pero ya llegaremos a eso). Así como otras sorpresas y giros de tuerca que no esperábamos y que nos dejaron a todos pensando, como cuando conocimos el origen del nombre de Hodor y el porqué de su problema de habla.
Así, tras varios capítulos llenos de altibajos, impactantes revelaciones y giros inesperados, llegamos a un "clímax" que, para deleite de todos se nos ofreció en plato doble: el primero, la esperada "Batalla de los Bastardos"; el épico y anticipado enfrentamiento entre Jon Snow y Ramsey Bolton, y el episodio mejor "rankeado" según el portal IMBD, otorgándole así por muchos el título del "mejor episodio de la serie", y algunos más osados se atrevieron a afirmar que era el mejor de la televisión misma. Y no les voy a mentir, ¡estuvo épico! Lo amé completamente y en efecto, lo consideré el mejor episodio de la serie...
Hasta que llegaron "Los Vientos de Invierno".
Es cierto. "La Batalla de los Bastardos" fue todo lo que esperaba y más; pero quizás sea porque no se trataba del epílogo, o porque el episodio se enfocó sólo en dos de las muchas tramas de la serie, que a pesar de la magnitud del mismo, encontraba improbable (cuando menos) que pudiera ser superado por su predecesor.
Estaba equivocado. El final de temporada fue uno de los eventos televisivos más épicos que haya presenciado. Tuve el enorme gusto de verlo a la hora que se emitía en HBO, (ya que normalmente sólo puedo verlo en la madrugada del día siguiente cuando ya lo han subido a la web, pues no estoy suscrito al canal... ni siquiera televisor tengo). El bar donde lo estaban trasmitiendo estaba repleto de personas, (nada mal para un domingo) al punto que tuve que ubicarme afuera y verlo desde una ventana. Desde el "previously" la gente en el bar enloqueció; de ahí en adelante, uno a uno, entre lágrimas y risas fuimos viendo el épico desenlace de temporada, que resolvió tramas, conmovió y nos dejó ansiosos por ver lo que viene.
El episodio comienza mostrándonos a algunos personajes claves preparándose para el juicio que se llevará a cabo en el Septo de Baelor y se desenvuelve en una tensa calma, ambientada por la excelente música de Stephen Coleman, que va ascendiendo hasta el —literalmente— explosivo desenlace de esos primeros minutos. De ahí continúa avanzando, otorgándonos algunos de los mejores momentos de la serie. La explosión del Septo fue sólo el inicio, (y poco o nada nos importó que gran parte del elenco, algunos tan entrañables como Margaery Tyrell, o tan irrelevantes como el Gran Maestre Pycelle hayan muerto durante esa secuencia). A pesar de odiarla, creo que muchos disfrutamos ver a Cersei acabar con el High Sparrow y sus gorriones, (junto con la mitad de la población de King´s Landing); o verla cumplir su promesa a la Septa de que sería su rostro lo último que vería antes de morir. (Eso sin mencionar que nos enseñaron (¡por fin!) el "nuevo" rostro de La Montaña)
Los ojos se nos llenaron de lágrimas cuando "Dany" le entrega a Tyrion su emblema de La Mano, nombrándolo así como La Mano del Rey, (o de La Reina en este caso); y ni hablar de la revelación del verdadero origen de Jon Snow, que aunque hasta la fecha ha tenido que cargar con el título de bastardo, en esa emotiva escena en La Torre de la Alegría, pudimos ser testigos a través de los ojos de Bran de un secreto a gritos y una de las teorías más comentadas a través de los años: que Jon Snow no es el bastardo de Ned Stark, sino su sobrino; hijo de Lyanna Stark y Rhaegar Targaryen; y que Ned le hizo pasar por su bastardo, a pesar de lo que este título le podría acarrear para la vida y reputación de ambos, con el fin de protegerlo de la ira de su amigo, el Rey Robert; cumpliendo así con la última petición que le hizo su hermana en su lecho de muerte. "Prométeme, Ned".
Estos dos fueron sin duda la cuota emotiva del episodio; (ver a Tommen con su "Poker Face" observando la devastación del Septon para segundos después lanzarse por la ventana, aunque supongo debió ser emotivo algo nos causó, al menos a quienes observábamos el episodio en el bar, más risas que de lágrimas).
Luego la serie siguió haciendo gala de lo que muchos podrían llamar un enorme banquete de "fan service"; vimos a Arya vengar por fin a su madre y a su hermano, degollando al despreciable Walder Frey, después de haber revelado su identidad y haberle servido un pastel hecho con los cadáveres de sus hijos. La intervención de Lyanna Mormont, que pese a su corta edad y a sus aún más cortas apariciones en la serie, siempre es magnífica en sus actuaciones. ¿Y cómo olvidarnos de ese momento luego de su intervención, donde tocados y avergonzados por las palabras de la pequeña Lyanna, los Lores del Norte juran lealtad absoluta a Jon... (¿Snow? ¿Stark? ¿Targaryen?)... Y lo proclamaron al unísono como el nuevo Rey en el Norte). Nada mal para un "bastardo" que llegó como un "Don Nadie" a la Guardia Nocturna, y ascendió de Mayordomo del Lord Comandante, a heredar el título de su señor, y ahora ser proclamado el Rey en el Norte.
Así, como si de las piezas de un tablero de ajedrez ubicadas estratégicamente se tratara, llegando al final pudimos ver las tres grandes coaliciones que se fueron formando y que en los próximos episodios se disputarán el Trono de Hierro: Cercei, coronada por el momento como La Reina de Los Siete Reinos, (¡Que su reinado sea corto!) Jon... (lo que sea), con el norte de su lado, y Dany --¡por fin Dany!-- navegando con sus barcos, sus dragones y su ejército hacia Westeros, en una épica secuencia final que nos arrancó lágrimas, gritos y aplausos a todos.
El final de esta temporada de Juego de Tronos es, sin duda, uno de los mejores episodios televisivos jamás hecho, con una musicalidad y una calidad de cine como pocas veces hemos visto en pantalla. Para mí, (y estoy seguramente para muchos), es el mejor episodio que ha tenido la serie, incluso por encima de "La Batalla de los Bastardos". El mejor cierre de temporada y uno de los más emotivos y satisfactorios que se nos hayan brindado. Algunos lo odiarán, otros dirán que es decepcionante, (como leí en otra Nota Ciudadana por ahí). Respetable. Son gustos.
Pero sé que para muchos este pasará a la historia como uno de los mejores episodios jamás realizado. La crítica e Internet lo aclaman. IMBD nuevamente lo puntuó con cinco estrellas.
¡ASÍ es que se termina una temporada!
Por lo demás, gracias Game of Thrones por tanto.