En las aspiraciones socioeconómicas de los colombianos la educación ocupa un lugar privilegiado. El Estado, por su parte, como está estipulado en el artículo 67 de nuestra Constitución está en la obligación de garantizarle a todos los ciudadanos el acceso al conocimiento, la técnica, la ciencia y a todos los bienes y valores de la cultura. La educación es entonces una de las herramientas necesarias para la transformación de los pueblos, que necesitan formar a sus prohombres para que laboren por el desarrollo de sus territorios. Justamente por eso genera desesperanza el estado en que se encuentra el Megacolegio Mia en la ciudad de Quibdó luego de tres años de haberse inaugurado por Gina Parody cuando era ministra de educación, en el periodo en que Efren Palacios era el gobernador encargado de los chocoanos y cuando la actual Viceministra de Cultura, Zulia Mena Garcia,era la alcaldesa de los quibdoseños.
Este colegio que al momento de inaugurarse se anunció que contaría con aulas de clases dotadas con los elementos necesarios para los docentes y los estudiantes, un laboratorio de física y química organizado para las investigaciones científicas, salas de internet con una tecnología a la vanguardia para las actividades interactivas, una sala de rebotica y escenarios deportivas multidisciplinarios para los estudiantes, se ha convertido en un "elefante blanco" como se dice popularmente y de hecho lo podemos incluir en las falsas promesas que el gobierno está acostumbrado hacerle a las comunidades afrocolombianas.
En este sentido, lo que podemos observar es que las imágenes son muy dicientes y están mostrando su estado de abandono y deterioro. Como la infraestructura del colegio en sus interiores y exteriores no se terminó en su totalidad, no está en condiciones para que los estudiantes puedan desarrollar sus actividades académicas. Sin embargo, en un espacio de sus instalaciones se están dictando las asignaturas en una aparente normalidad e incluso se han realizado algunas actividades culturales.
Es imposible entender cómo un proyecto de esta envergadura que contó con unos recursos superiores a los 22 mil millones de pesos para su ejecución y que se planificó para entregase a los chocoanos hace dos años, no esté en las condiciones adecuadas para que los estudiantes desarrollen sus procesos educativos con las herramientas necesarias para su aprendizaje, más teniendo en cuenta la actuación de su rector, Obdulio Mena, quien ya denunció la situación ante el procurador de la nación Fernando Carrillo, cuando el funcionario en una de sus visitas al departamento visitó la institución y se percató de lo que estaba sucediendo.
Es importante destacar que si esta institución educativa estuviera en las condiciones requeridas se beneficiarían aproximadamente 4500 estudiantes chocoanos. Por eso es importante que las autoridades locales gestionen su terminación lo antes posible, en primera instancia, respondiendo por los recursos económicos que se desaparecieron y no sabemos a donde fueron a parar y en segunda instancia, siendo conscientes de que los indicadores en materia de educación para el Chocó no son los mejores, pues las intervenciones desde el gobierno de Uribe han resultado desastrosas y en cuanto a las pruebas a nivel nacional nuestras instituciones ocupan los últimos lugares en comparación con las otras instituciones del país.
En materia educativa, lo más lamentable es que si esta institución, que fue uno de los proyectos que el gobierno promocionó, está deteriorada y abandonada, para nadie es un misterio que las demás instituciones no son la excepción, ya que la mayoría están en iguales condiciones. Por lo general, no cuentan con los recursos económicos para su dotación, tienen problemas en cuanto a la cobertura, la carencia de docentes es inferior a la necesitada para atender las asignaturas, las condiciones higiénicas no son apropiadas para el desarrollo de las actividades, los rectores no tienen libertad para establecer un currículo académico de acuerdo a los conocimientos que necesitamos aprender los afrocolombianos, etc. Estos problemas se presentan tanto en primaria como en la secundaria, sobre todo en las zonas rurales, donde los docentes se niegan a asistir por diferentes razones, por eso la necesidad imperiosa que las autoridades atiendan esta situación que se está presentado con los estudiantes. No bastando con eso, es el momento de hacer una radiografía a la educación en el Chocó en todas sus dimensiones, con el objetivo de repensar en el fortalecimiento de las instituciones educativas y de los programas educativos.
A propósito de lo que esta ocurriendo, la Ministra de Educación, Yaneth Ghina Tovar, en una visita que hizo al municipio de Istmina anunció que habían 40 mil millones de pesos para invertir en infraestructura en los colegios del Chocó. Qué bueno sería que el gobierno nos realice un balance de su gestión para que nos cuente en qué se están invirtiendo esos recursos económicos, porque no tiene sentido que esté anunciando en los medios de comunicación que la calidad educativa está mejorando en el departamento, cuando la realidad y los indicadores nos está demostrando lo contrario.
Las autoridades competentes deben ponerse al tanto de esta situación antes que las consecuencias sean mas lamentables. En este sentido, les concierne un objetivo y es seguir trabajando para aumentar la cobertura en primaria y secundaria en las áreas rurales. Así mismo, seguir atendiendo las sugerencias de los docentes con las mesas de concertación que se realizan para entender sus inquietudes, pensar en la realización de campañas para la donación de libros a las instituciones educativas, proyectarse a que en los pueblos del Chocó hayan bibliotecas públicas al servicio de la comunidad. Hay que seguir capacitando a los docentes y trabajando para mejorar la calidad de la educación porque es un elemento que es fundamental para la transformación de los pueblos. Si nuestras generaciones venideras se educan con principios y valores inculcados desde la escuela estaríamos ante el mejor de los escenarios, ya que podemos soñar en que continuarán enarbolando las banderas de nuestros ideales de empoderamiento y desarrollo político, social, cultural y económico. De lo contrario, serán una generación que fracasará en sus objetivos.