El jueves pasado el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) reveló que durante el tercer trimestre del presente año hubo un crecimiento del 3.3% en los sectores de las actividades financieras, el comercio al por mayor y al por menor, en transportes, servicios de comida, administración pública, educación, salud y defensa. En resumidas cuentas, se puede afirmar que los bombos y platillos obedecen al sector de servicios en general no a la industria promotora del empleo, ya que esta cada vez tiene indicadores negativos, ni tampoco en la competitividad, dadas las características propias del sector de servicios en Colombia.
Con un dato así las mentes obtusas del gobierno actual se pavonean al decir que la economía colombiana va hacia adelante y en consecuencia los que están en contra del gobierno estarían en un error. Sin embargo, al ser la economía una ciencia social, esta necesita del diálogo de varios indicadores para ver el panorama, sino se estaría incurriendo en el error de creer que los datos son la verdad, siendo que estos simplemente son una breve visión de la misma .En particular, si comparamos con otros datos ofrecidos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos OCDE, nos damos cuenta de que son cifras simplistas que no generan competitividad ni mucho menos la mejora de la calidad de vida de las personas que vivimos en Colombia, ya que se supone que el PIB al medir el crecimiento económico refleja la adquisición de bienes y servicios que obtiene la sociedad colombiana.
En efecto, estos datos sobrecalificados esconden que el Estado colombiano, por ejemplo, tiene una tasa de desempleo del 10,2%, casi que duplicando el promedio de los miembros de la Ocde (5,2%). Sin olvidar, que la deuda pública total del país con respecto al PIB es del 54,3%, lo que representa un incremento mucho mayor al identificado el año pasado (que fue 51,6%). Asimismo, hay que recordar que el peso colombiano con el chileno son las monedas más devaluadas, ya que para septiembre del presente año cada uno perdió un 1,19 y 1,04% respectivamente. De igual forma, tomando de nuevo los datos del Dane, para el 2019 hay 9,69 millones de compatriotas en pobreza multidimensional, donde los departamentos como la Guajira, Arauca, Vichada, Norte de Santander y Cesar son los más afectados.
Precisamente, desde el punto de vista de la pobreza monetaria, casi tres de cada 10 colombianos ganan menos de la línea de pobreza que se fijó arbitrariamente, ya que solo se ve el dato instrumentalizado y no el tejido social, el ingreso mensual de $257.433. Esto ratifica otra vez más la necedad del gobierno de sentirse aliviado con un crecimiento económico tan mediocre, que solo contribuye en ampliar las diferencias de ingresos entre los colombianos y la apropiación de esa posible subida en los mismos de siempre como son los banqueros en Colombia quien se llevan la mayor tajada en detrimento de la formación de capital como en la mejora de los calidad de vida de la personas. Para terminar, solo hay que ver el coeficiente Gini, entendido como la distribución del ingreso (se mide de 0 a 1, entre más cercano a 1 es la peor distribución): en el 2017 Colombia obtuvo 0,508 y en el 2018, 0,517.