El doctor Roberto Avanzi, el médico especialista que atendió a Batistusta cuando llegó con un dolor crónico en sus tobillos, explicó: "Él estuvo muy mal. Vino un día y me dijo que se quería cortar los dos tobillos (por el dolor), pero hablamos, lo tranquilicé y terminamos fijándole un tobillo". Aunque el médico aclaró que la pierna que no tiene operada le sigue doliendo y en esta podría terminar poniéndose una prótesis. "Esas dolencias comenzaron en Qatar como consecuencia de las inyecciones de corticoides que le dieron allá: "Por eso tiene los cartilagos de los tobillos destruidos", confirmó el doctor Avanzi al portal Goal América. El dolor que aqueja al futbolista es grande porque se trata de una dolencia irreversible. Batistusta está en tratamiento permanente e intenta seguir una vida normal e incluso a veces se anima y juega polo, un deporte con una exigencia física distinta y que siempre prefirió por encima del fútbol.
