Desde los primeros casos que se reportaron en 1981 hasta la actualidad, el VIH ha sido una de las enfermedades que ha generado más interés dentro de la comunidad científica. Decenas de laboratorios se han puesto en la línea de salida de la carrera cuyo trofeo final tiene escrita la cura que salvará definitivamente la vida de los millones de pacientes que son portadores de este terrible virus.
Pero cuando parecía que poco a poco nos acercábamos a la meta, el Comité de Control de la Seguridad de los Datos a cargo de las investigaciones de la vacuna contra el VIH decidió detener el estudio. Se trataba del ensayo clínico en fase 3 MOSAICO, el cual, a día de hoy, es lo más cerca que hemos estado de acabar de una vez por todas con la epidemia que azota al planeta desde hace 4 décadas.
En el MOSAICO participaron más de 3.800 personas en varios países de América y de Europa. Fue liderado por el laboratorio belga Janssen y contó con la financiación de varias organizaciones estadounidenses entre las que se encontraban los Institutos Nacionales de Salud (NIH). Más allá de todos los esfuerzos, los investigadores encontraron que, a pesar de ser segura, esta vacuna no era lo suficientemente eficaz a la hora de evitar que se contrajera la infección.
Sin embargo, no todo son malas noticias. Gilead, un laboratorio con sede en California, lanzó recientemente un medicamento que está llamado a ayudar a aquellos pacientes que se han quedado sin otras opciones de tratamiento, ya sea por haber generado resistencia o por cumplir con alguna contraindicación.
Se trata de Sunlenca, nombre comercial con el que fue registrado el principio activo lenacapavir. Una molécula perteneciente a la familia de los antirretrovirales que a su vez es el primer inhibidor de la cápside (cubierta proteica de un virus), lo que lo convierte en un medicamento diferente a cualquier otro que se haya desarrollado antes.
En un ensayo clínico este medicamento consiguió que el 81% de los participantes que lo usaron lograran la supresión del VIH hasta el punto en el que los niveles del virus eran lo suficientemente bajos como para considerarse indetectables. Resultados que se mantuvieron incluso tras 52 semanas.
Esta eficacia hizo que se ganara rápidamente la aprobación tanto de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) como de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA). Queda esperar lo propio por parte del INVIMA para que puedan acceder a ella los 150.000 colombianos que son portadores de este virus.
Al aprobar la comercialización de lenacapavir los directivos de la FDA aseguraron que su disponibilidad va a contribuir a que los pacientes tengan vidas más largas y saludables. Pero en la carrera contra el VIH aún estamos a mitad de camino. Organizaciones como ONUSIDA han hecho un llamado a continuar con las investigaciones que lleven a encontrar una cura definitiva para esta enfermedad y son optimistas en que la podemos tener antes del 2030.
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