Desde el 2003 el periodista Hollman Morris fue una voz implacable contra el presidente Álvaro Uribe Vélez y su política de Desde su programa Contravía del Canal Uno donde hacía denuncias de los presuntos nexos entre políticos de la coalición de gobierno y el paramilitarismo mientras viajaba a zonas apartadas del país para mostrar la huella que iba dejando el conflicto colombiano. Las amenazas llegaron, pero no eran nuevas para él, en el pasado se había exiliado en Vitoria, España después de que Carlos Castaño le empezara a enviar cartas y hacerle llamadas también por sus fuertes denuncias que había acentuado desde el noticiero de televisión AM-PM, entregado a la Alianza Democrática M-19 como parte de los acuerdos de la Asamblea Nacional Constituyente y dirigido por Antonio Morales.
Con el nacimiento de su primera hija Daniela tomó la decisión de regresar al país y se tomó más serio aún su trabajo. Después de ser de los periodistas más críticos contra Uribe, no dudo en denunciar lo que escondía la Ley de Justicia y Paz, todas las irregularidades del proceso de desmovilización de paras. Hollman Morris fue llamado por el mismo Uribe y su gobierno un «traficante de derechos humanos» y «aliado del terrorismo» y no pasó mucho para que el extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) lo chuzara. El exilio se le atravesó por segunda vez, esta vez, se refugió en Estados Unidos, acompañado de su esposa Patricia Casas quien siempre lo respaldó.
Una llamada de un viejo amigo, Gustavo Petro, convertido en alcalde de Bogotá lo convenció de regresar a Colombia en el 2012, con la propuesta de ser el gerente del Canal Capital. Fue un beligerante apoyo a su gestión y muy especialmente cuando el Procurador Alejandro Ordòñez intentó destituir al alcalde. Sin titubeos Morris puso el canal público al servicio de la causa.
Dos años después Hollman Morris tomó la decisión de renunciar para lanzarse a la alcaldía de Bogotá, en contravía del consejo de Petro, quien no le veía futuro a su aspiración mientras era apoyado por congresistas del Polo como Alirio Uribe e Iván Cepeda. Al final Hollman Morris terminó escuchando el consejo de Petro y se lanzó al Concejo como cabeza de la lista del movimiento Progresistas y avalado por el Mais. Fueron casi 25 mil votos que le dieron asiento en el Concejo de Bogotá, el único de Progresistas.
Pero su sueño era la Alcaldía y en el 2019 insistió con el guiño de áptero y el apoyo de la Colombia Humana y de otras fuerzas como Mais y la UP, que le dio el aval. El impulso no duró mucho cuando se vio atravesado por un agrio divorcio y las duras denuncias de su ex esposa de 20 años, quien salió a los medios. Lo señalaba de haber ejercido violencia intrafamiliar física y verbal. Patricia Casas en una entrevista para La W con Vicky Dávila, dio detalles que dejaron muy mal parado al periodista. Las denuncias fueron de alto calibre con alcance penal.
Se sumaron otras denuncias, incluidas la de la periodista María Antonia García de la Torre. Aunque Petro lo sostuvo la presión de las mujeres de la Colombia Humana se le atravesaran a la candidatura de Hollman Morris. Ángela María Robledo y María Mercedes Maldonado, dos de las más influyentes mujeres del movimiento se opusieron con firmeza y publicaron una carta firmada por 60 mujeres y 20 hombres de la Colombia Humana que cuestionaban la legitimidad de Morris por las denuncias en su contra por violencia contra las mujeres.
Aunque Hollman finalmente fue absuelto por la Fiscalía la estela del escándalo se reflejó en las urnas y si bien obtuvo la no despreciable de votación de 440 mil votos, identificado por el exalcalde Petro, fue ampliamente derrotado por Claudia López y Carlos Fernando Galán. Sin el peso de los señalamientos en el 2021, Hollman Morris regreso a la política como aspirante al y Senado. Cuando se creía que tendría un buen puesto en la lista del Pacto Histórico, Hollman optó por competir con el aval de Ciudadana- el movimiento del gobernador Carlos Caicedo-, y terminó quemado junto con Gilberto Tobón Sanín. Simultanea a su reaparición política Hollman se propuso sanar heridas afectivas tanto con su exmujer Patricia Casas como con sus dos hijo, un camino que ha ido recorriendo con persistencia.
Si algo ha sorprendido desde la llegada de Gustavo áptero a la presidencia, alguien tan cercano y de tanta confianza como para escribir juntos su libro biográfico Una vida, muchas vidas, es la ausencia de Hollman Morris en el equipo de gobierno, un Petrista pura sangre de la primera hora.
Hasta el momento, solo su hermano Juan Pablo Morris, periodista y activista como él, fue nombrada en la dirección estratégica de comunicaciones de la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF), una agencia de inteligencia cuya misión es seguir el rastro a dineros mal habidos y luchar contra el lavado de activos; un cargo de alta responsabilidad en el que el manejo informativo es clave.
Parecería que ya ha bajado sus expectativas burocráticas y ha decidido mirar para otro lado y forjar su propio camino por la vía electoral e insistir en la Alcaldía de Bogotá como lo dejó saber en último trino de comienzos de año.
Ante las diferentes expresiones del Senador @GustavoBolivar, el ex representante @GNavasTalero, el ex candidato @alfredosaadevv y decenas de personas, quienes han puesto mi nombre a consideración para la alcaldía de Bogotá, quiero contarles lo siguiente:
— Hollman Morris (@HOLLMANMORRIS) January 5, 2023