Recientemente, el economista Daniel Rojas, a quien Gustavo Petro le entregó la confianza para ser su ministro de Educación a pesar de no contar con bagaje en el tema, se atrevió a hacer una afirmación cuanto menos ambiciosa que pone un gran peso sobre sus hombros para los dos años que quedan de gobierno. Prometió que iba a dejar financiadas 100 nuevas universidades, cifra que supera con creces las 20 que había prometido fuertemente el presidente.
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Lo cierto es que el principal foco de la gestión de Rojas como ministro, como también lo ha sido en su paso por la Sociedad de Activos Especiales (SAE), entidad en la que todavía funge como presidente, es la educación superior pública. Así lo ha venido demostrando durante los últimos dos años priorizando a las universidades públicas del país a la hora de entregarles predios que previamente pertenecieron a la mafia y que habían sido incautados.
Se ha dedicado a hacer una gira por todo el territorio nacional visitando instituciones de este tipo, reuniéndose con los rectores y dirigentes locales y comprometiéndose a brindar instalaciones que serían usadas como facultades, residencias estudiantiles y demás, muchas de las cuales ya son una realidad. Ha estado en Chocó, Santander, Valle del Cauca, Magdalena, Atlántico, etc, y ahora le llegó la hora al Quindío.
Otro bien incautado a la mafia que llega a reforzar la educación en Colombia
Allá llegó para reunirse con el gobernador Juan Miguel Galvis y con Luis Fernando Polanía, el rector de la Universidad del Quindío, con quienes se comprometió a entregarles cinco predios entre los que se encuentra el famoso Edificio Asturias, el cual después de un proceso jurídico que puede tardar hasta 16 meses a partir de la fecha pasará a convertirse en residencias para los estudiantes de la institución. De igual manera, habría un nuevo centro de investigación y se aumentarían los recursos destinados a esta entidad educativa.
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