La contienda electoral para las elecciones locales 2015 ha sido teñida por la entrada de largas sumas de dinero para la compra de votos y para los desmesurados gastos en publicidad de candidatos. Igualmente se han presentado cientos de miles de casos de transhumacia electoral, y en los peores casos se han presentado amenazas en contra de candidatos, y hasta decenas de muertes políticas.
Pero también se viene presentando un fenómeno igualmente dañino en la forma de campañas de desprestigio y matoneo, las cuales se han incrementado, en momentos de cierre de campañas en todo el país.
En los últimos días se viene presentando la publicación de periódicos falsos con noticias difamatorias que atacan la reputación de un candidato u otro, en los peores casos acusando con sindicación de crímenes y violaciones sin pruebas. Esto no solo pone en tela de juicio la imagen de los candidatos, pero se puede interpretar como el asesinato de la persona en el escenario público, lo cual trae repercusiones mentales, económicas, y hasta físicas de la persona.
Varios casos puntuales se vienen presentando en los últimos días en campañas grandes para la gobernación de Córdoba y Boyacá, pero igualmente en campañas más pequeñas como es el caso de la campaña a la alcaldía de San Bernardo, Cundinamarca.
Periódicos difamatorios en contra del candidato Carlos Amaya.
San Bernardo es un municipio pequeño de un poco más de 10 mil habitantes, localizado a 99kilometros de Bogotá. Su vocación económica es principalmente la agricultura tradicional; pero hasta en un municipio que maneja un presupuesto menor al de Melgar, se han aprendido las malas mañas de las campañas de las ciudades capitales.
En este caso se recibieron pruebas fotográficas de como el candidato por Centro Democrático y partido Conservador, Jesús Ávila Bohórquez, pago para que dos jóvenes distribuyeran panfletos difamatorios por todas las veredas de San Bernardo, en contra del candidato Libardo Morales, del partido Liberal. En el hecho que denuncian fuentes de terreno, los dos jóvenes fueron sorprendidos “panfleteando” las veredas con mensajes difamatorios. Cuando fueron confrontados dejaron la moto en la que viajaban, al igual que el material difamatorio.
Las siguientes fotos del hecho, muestra el material difamatorio, al igual que una de las motos de campaña del candidato Jesús Ávila.
Moto de campaña de Jesús Ávila
Este es un llamado de atención a las campañas que vienen promoviendo el juego sucio en las elecciones. Que en vez de promover ideas para el beneficio de sus municipios, localidades o departamentos, prefieren atentar contra las personas con las que compiten.
Las autoridades electorales y judiciales, deben prestar más atención a este fenómeno, ya que en Colombia, las alarmas se deben sonar antes de que el asesinato de la imagen de una persona se pueda convertir en un atentado contra la integridad física de un candidato.
