Se cumplieron 187 años de la muerte del libertador Simón Bolívar, ocurrida en la quinta de San Pedro Alejandrino en Santa Marta, el 17 de diciembre de 1830, la cual es una fecha memorable para el continente americano. Sin embargo, el difunto presidente de Venezuela Hugo Chávez, de una manera tramposa, ordinaria y maniquea usó la memoria de este inmenso adalid de la humanidad para montar su pegote del socialismo del siglo XXl, que es un batiburrillo entre marxismo y bolivarianismo, constituyéndose esa afrenta en la máxima aberración política e ideológica que ha existido en Latinoamérica.
Porque Chávez de mala fe utilizó el nombre del libertador para mezclarlo con Karl Marx, quien en una biografía publicada en 1858 de su puño y letra, declaró que Bolívar había sido un canalla, cobarde y traidor. Además, le endilgó la entrega de Francisco Miranda a los españoles en 1812, lo cual demuestra que la unión entre Marx y Bolívar es como juntar la luz con las tinieblas o algo similar a crear una religión entre Jesucristo y los fariseos, quienes persiguieron al maestro para matarlo. De ahí que el perverso revoltijo que hace el chavismo para engañar ingenuos valiéndose del atraso de algunos pueblos de la región es una promiscuidad doctrinal.
Antes de morir Bolívar dijo que no tenia patria, ya que la misma era usada por los tiranos para oprimir a los débiles, pero el castrochavismo ha tomado la palabra patria para montar toda clase de abyecciones, teniendo enajenada a la población de Cuba y tratando de hacer lo mismo con otras naciones dirigidas por presidentes comunistas, como son los casos de Venezuela, Bolivia y Nicaragua, subrayando que fue tan miserable y vergonzoso el papel del fallecido tirano Fidel Castro que a nombre de la “patria” y el “internacionalismo” mandó mercenarios cubanos en la década de los setenta del siglo pasado al África, para defender los intereses del imperio soviético en ese continente.
Entonces la farsa chavista del socialismo del siglo XXl por razones humanas, políticas y filosóficas no puede hacer una simbiosis entre el marxismo y el verdadero pensamiento bolivariano, ya que ello constituye una afrenta a la inteligencia y un ultraje a los ideales nobles y libertarios de Bolívar.
El dictador Fidel Castro como marxista resabiado, también asaltaba la memoria del libertador, diciendo de manera hipócrita “Simón Bolívar, su nombre no pertenece ya solo a ese hermano país de Venezuela, sino a todos los pueblos de América Latina". Claro que Bolívar es de todas nuestras naciones, pero a los únicos que no puede pertenecer por razones históricas y morales es a los miembros de la pandilla marxista-leninista de la que hicieron parte Fidel Castro y Hugo Chávez, ya que jamás las ideas emancipadoras de Bolívar tenían algo que ver con las patrañas oprobiosas, criminales y esclavistas de Marx.
El comunismo totalitario en su pavorosa historia siempre se ha valido de la estupidez humana para llegar mediante el engaño y la violencia a la toma del poder político. En el caso de Latinoamérica, la mayoría de las veces no pone la cara, sino que de manera perversa utiliza a figuras cimeras como la del libertador para timar incautos, pues a los marxistas por no tener la razón lo que más los asusta es el debate ideológico al cual le huyen, siguiendo las enseñanzas de Lenin, Stalin y Antonio Gramsci. Por eso, los miembros de la camarilla comunista engañan a los demás, pero al engañar a otros se engañan a ellos mismos y al engañarse así mismos van en contra de su conciencia y al ir en contra de su conciencia son parte indiscutible de la bestialidad.
Al conmemorarse una nueva fecha de la muerte del libertador, el mejor homenaje que se le puede hacer es liberar a las naciones latinoamericanas que han caído bajo la férula del socialismo del siglo XXI, utilizando la democracia que es la alternativa real y posible para el progreso social y humano de los pueblos, porque el comunismo totalitario del cual hacen parte en Colombia la Farc, el Eln y otros grupos solo trae miseria, atraso, ignorancia y muerte.