Iván Espinosa de los Monteros y de Simón es, a sus 49 años, uno de los fundadores del partido Vox España y actualmente también se desempeña como su portavoz en el Congreso de los Diputados, el legislativo español y uno de los tres poderes del país. Desde esta institución, Espinosa se ha convertido en el azote del gobierno social-comunista español presidido por Pedro Sánchez, denunciando su nefasta gestión al frente de la actual crisis debido al coronavirus y la dramática situación del país con miles de afectados y fallecidos a causa de la pandemia. La voz de Espinosa es convincente y rotunda en favor de lo que se ya denomina como la resistencia española, es decir, Vox. En esta entrevista, donde habla desde la racionalidad y la lógica, pero sin dejar exenta la pasión política, afirma que su formación será, sin dudarlo, “alternativa de gobierno”.
Ricardo Angoso: ¿Cómo examinas la actual crisis debido al covid-19 y qué influencia puede tener la misma en nuestras vidas;
Iván Espinosa: Desde España, obviamente, la vemos con mucha preocupación, examinando una doble óptica, la sanitaria y la económica. Nos preocupa, especialmente, el asunto sanitario porque España es, con los datos en la mano, el país del mundo que tiene mayor número de infectados y fallecidos por millón de habitantes, teniendo también el mayor ratio de casos de sanitarios infectados en el mundo y de muertos durante la pandemia. Incluso si nos comparamos con Portugal y Grecia, que son países comparables a nosotros pero no tan desarrollados, veremos que lo han hecho mucho mejor que España a la hora de gestionar la crisis y observamos qué algo se hizo mal en nuestro país, tal como hemos denunciado en numerosas ocasiones desde Vox en el Congreso de los Diputados.
Luego, desde el punto de vista económico, España está atravesando la peor crisis desde la Guerra Civil y la más terrible desde que tenemos memoria la mayoría de los españoles. No es comparable a la guerra, obviamente, pero reviste una gravedad inesperada. Vemos con mucha preocupación todo lo que está pasando, como no podía ser menos, y a esa situación le tenemos que añadir que tenemos el peor gobierno para manejar adecuadamente la crisis que estamos atravesando. Este gobierno, que venía para imponer una agenda ideológica de corte progresista absurda, no está preparado para gestionar una pandemia de esta magnitud y se está viendo en el día a día, tal como están padeciendo los ciudadanos. Este gobierno, que quizá estaba preparado para una situación normal, no estaba listo para afrontar una crisis sanitaria como lo que estamos viviendo ni tiene tampoco las personas adecuadas para hacer frente a la misma.
Entonces, y para resumir, vemos con mucha preocupación el momento que estamos atravesando, especialmente si analizamos la gravedad de la crisis económica, pero también con mucha esperanza porque los españoles a lo largo de la historia hemos sido capaces de superar crisis como la que ahora vivimos y salir de esas coyunturas con fuerza y determinación, incluso superando situaciones de lo más inhóspitas y dramáticas por encima incluso de sus gobernantes, aunque hayan sido pésimos, como está ocurriendo ahora. Todo pasará, eso será muy pronto, y como le digo tengo plena confianza en los españoles, mucho más que en los políticos que nos gobiernan ahora, y creo que seremos capaces, como tantas veces, de superar esta pandemia todos juntos.
R.A.: ¿Qué opinión le merecen las acusaciones de la administración norteamericana, presidida por Donald Trump, contra China y la Organización Mundial de la Salud (OMS) acerca de su papel en la gestión de la crisis?
I.E.: Yo creo que las acusaciones iban más dirigidas contra el director de la OMS, Tedros Adhanom, alguien que es un comunista que tuvo una relación con China de vieja data y está ligado al gobierno chino, acusaciones que son comprobadas y claras, nada que nadie pueda cuestionar. La OMS, con la responsabilidad de este individuo al frente, creo que quizá no ocultó información, lo que está por ver, pero sí que rebajó su nivel de exigencia a China para que cumpliera determinados procedimientos en esta crisis. China tiene una enorme responsabilidad en la misma.
No estoy estoy diciendo que China haya provocado esta pandemia o que sea un virus de laboratorio, pero sí digo que China, como todos los gobiernos comunistas a lo largo de la historia, ha actuado de una forma poco clara, ocultando información y no diciendo todo lo que sabía, y que las autoridades chinas han mentido acerca de lo que realmente estaba sucediendo, blanqueando estadísticas y sin decir exactamente lo que estaba ocurriendo. Pero, aparte de esta negligencia constatada de China, países como España no hicieron nada a tiempo para afrontar la grave crisis que se nos venía encima, cuando ya atacaba en Italia y causaba miles de casos en varias naciones, y no tomamos las medidas para prevenir la expansión de esta enfermedad cuando ya se extendía exponecialmente por todo el mundo. China fue deshonesta a la hora de informar al mundo acerca de la gravedad de esta pandemia y el gobierno español actuó tarde a al hora de afrontar una enfermedad que se expandía irremediablemente por todo el planeta, causando los terribles daños ya conocidos.
R.A.:Ha habido muchos errores en la gestión de esta pandemia, tanto a derecha como a izquierda, como son los ejemplos de Brasil y México, respectivamente, ¿cómo juzgas esas gestiones tan controvertidas del covid-19?
I.E.: Yo creo, sinceramente, que la pandemia no es un tema ideológico, sino que tiene que ver con criterios técnicos. Aquí, frente a lo que estamos viviendo, hay gente sensata y otra insensata. No establezco criterios políticos para juzgar la gestión de determinados gobiernos porque, por ejemplo, Portugal tiene un gobierno de izquierdas y ha gestionado muy bien la crisis, como también el gobierno socialdemócrata de Suecia lo ha hecho adecuadamente y tomó las medidas oportunas en su momento.
La diferencia, para mí, es entre gente profesional, responsable y sensata y gente poco capacitada, imprudente e insensata, como es el caso de España, donde tenemos a un gobierno que no está claramente preparado para gestionar adecuadamente esta enfermedad. Yo no establecería una correlación entre mejor o peor gestión y orientación ideológica de los gobiernos, sino que creo que hay ejecutivos de izquierda que lo han hecho mal, que es el caso de España, y otros de derecha que lo han hecho también muy mal. Este gobierno de nuestro país, de un corte ideológico izquierdista y con pretensiones totalitarias, lo ha hecho realmente muy mal, es un asunto que no merece discusión a tenor de los datos que tenemos encima de la mesa.
R.A.:¿Hasta cuándo crees que durará esta situación y qué pasará el día después?
I.E.: El covid-19, junto con sus posibles variaciones, puede tener un efecto en nuestras vidas que puede durar muchos años, eso no se lo debemos ocultar a los ciudadanos y debemos tenerlo presente. Sobre cómo vamos a reaccionar nosotros y cómo afectará a nuestras vidas, tenemos que ver si continuaremos con nuestras economías paralizadas, las industrias cerradas, y con nuestros países, en definitiva, empobrecidos. Tendremos que decir la verdad a los ciudadanos, como ya he dicho antes, y explicarles la gravedad de una enfermedad que ataca más duramente a aquellas personas que tienen un sistema inmunológico más débil, con menos defensas y, por tanto, más vulnerables, como les ocurre a las personas mayores, que les afecta mucho más el covid-19. Mientras que a los más jóvenes parece claro que responden mejor ante la enfermedad y reaccionan con más defensas ante la misma, tal como se revela en el día a día y en la evolución de la pandemia. También hay diferencias entre los hombres y las mujeres, según los estudios que tenemos hasta el momento.
Creo, por tanto, que la desescalada debe hacerse atendiendo a estos criterios técnicos y de una forma científica y ceñida racionalmente a la casuística de la enfermedad. Tenemos que hacerlo atendiendo a esos criterios profesionales, sin dar palos de ciego, y de una forma científica y lógica, que no tiene que ver ni con comunidades ni provincias, pero tampoco con criterios políticos. Pero, sin perder de vista, que estamos confinados en casa porque nuestras autoridades políticas y sanitarias actuaron de una forma negligente y sin ser capaces de prevenir la amenaza que se cernía sobre nosotros cuando los casos aumentaban exponecialmente en todo el mundo. Los ciudadanos estamos confinados porque nuestras autoridades sanitarias y políticas no han estado a la altura de las circunstancias y han actuado de una forma poco adecuada y profesional, me atrevería a decir hasta improvisada.
R.A.:¿Crees que Europa, más concretamente la Unión Europea (UE), ha estado a la altura de las circunstancias en un momento tan difícil?
I.E.: Las instituciones europeas son absolutamente burocráticas. Casi todas las instituciones europeas soportan esa carga burocrática y conseguir acuerdos en las mismas es realmente complejo y tedioso porque llegar a consensos entre todos los países y grupos es muy difícil, ya que son muchas las naciones, las culturas y los idiomas para llegar a generar compromisos comunes. Pero creo que Europa, finalmente, acabará soportando la ayuda a los países que han sido más afectados por esta crisis, no tanto por solidaridad sino por interés propio y que se encontrarán fórmulas para dar esas ayudas a los países más necesitados, entre los que, como queda claro, se encuentra España. Será una ayuda que vendrá con condiciones y será un proceso muy duro porque España, por ejemplo, en los tiempos en que tuvo ocasión de reducir los gastos innecesarios y una estructura del Estado absolutamente desproporcionada que no genera ningún bienestar a los ciudadanos, no lo hizo y lo acabará pagando.
Eso no se quiso hacer y este gobierno tampoco lo va a hacer porque no tiene voluntad política para hacerlo ni quiere asumir esa reforma, sino más bien lo contrario: este gobierno se dedica a gastar nuestro dinero, el de nuestros impuestos, en más gastos administrativos y burocráticos. Ojalá aumentara el gasto en sanidad, pero no es así, y el presupuesto se destina a alimentar esa maquinaría burocrática. Y como no estamos haciendo lo que deberíamos hacer, algún día si las instituciones europeas nos ayudan nos acabarán pidiendo sacrificios que, a la larga, acabarán significando una reducción en los sueldos de los empleados públicos, una bajada o congelación en las pensiones de nuestros jubilados y una subida de impuestos. Ese escenario vendrá, seguramente, en los próximos meses o el próximo año, poniendo a prueba la cohesión de este gobierno.
R.A.: En estas crisis, como en anteriores, siempre las acaba pagando la clase media, ¿no crees?
I.E.: Naturalmente, eso siempre es así. En cuanto hablan de subir impuestos están hablando de gente a la que se puede intervenir su nómina, que trabajan por cuenta propia y a las que se les puede fiscalizar su economía, es decir, la gran mayoría de la gente. Asistimos a un empobrecimiento, con esta crisis, de esa clase media, que se está viendo claramente depauperada, debido, en parte, a una mala gestión de nuestros políticos. Hemos tenido gobiernos de todos los colores y en todos los ámbitos, pero ninguno ha sido capaz de llevar a cabo las reformas y recortes necesarios para reducir el gasto burocrático, desplazando la carga de los gastos de nuestras crisis a los ciudadanos.
R.A.:¿Crees que Vox, a pesar del “cordón sanitario, impuesto por otras fuerzas políticas, llegará a ser una alternativa política en España?
I.E.: El verdadero cordón sanitario es el que ponen los ciudadanos con su voto. Ya hay un partido que casi ha desaparecido y que, con las decisiones que están tomando, acabará en la marginalidad o desapareciendo. Me estoy refiriendo, claramente, a Ciudadanos. Yo creo que estamos en un momento en España en que se visualiza que hay una serie de partidos que siguen el aceptado consenso socialdemócrata y luego nosotros, Vox, que somos la alternativa social y patriótica, cada vez con más trabajadores en nuestras filas, que es lo que realmente le preocupa a Podemos.
Este partido, Podemos, es la auténtica casta política compuesta por gente que no trabajado en su vida y no ha visto trabajadores u obreros más que en las películas. Ni han estado en una fábrica ni saben que es un obrero. La mayoría de los dirigentes de Podemos no han tenido nunca un trabajo normal, como el resto de los ciudadanos, ni saben lo que es madrugar para ir a trabajar. Estamos padeciendo un gobierno social-comunista apoyado por todos los enemigos de España y que durará lo tenga que durar, pero no le auguro un gran futuro y yo creo que no durará mucho.
La situación económica será insoportable en los próximos meses y también debemos tener en cuenta que ya están surgiendo problemas con los socios independentistas de Pedro Sánchez. Hace un año parecía broma que Vox fuera capaz de sacar a Carmena del ayuntamiento y, sin embargo, lo hicimos y lo logramos, pero también hemos sido capaces de conservar la Comunidad de Madrid y llegar al gobierno en la Junta de Andalucía, desalojando a los socialistas tras cuarenta años de gobierno.
Hemos ganado en Murcia, siendo la fuerza más votada en esa provincia, y comprobamos que las cosas cambian muy rápidamente. Vox es una alternativa de gobierno y muy pronto, estoy seguro, ni nos acordaremos de todo lo que hemos padecido con este gobierno. Debemos de tener perseverancia y constancia, también paciencia, pero tengo la fe de que esta situación no durará muchos años y pronto habrá cambios.
R.A.:¿No crees que España no tiene el peso adecuado que debería tener en Europa?
I.E.: Eso es así, sin ninguna duda, y comparto esa reflexión. Una parte de responsabilidad en eso es nuestra como país, porque no hemos sabido ni querido reforzar el peso de España no solo en Europa sino que me atrevería a decir que en el mundo. El papel de España en América y en Estados Unidos es muy pequeño para el rol que realmente deberíamos tener por razones históricas y culturales.
España no ha sabido jugar ese rol que le correspondería como la potencia que debería ser. Si examinamos los últimos cuarenta años, por irnos a un periodo de tiempo cercano, observamos que la mayor parte de los presidentes de gobierno no tenían un gran interés por lo que ocurría fuera de nuestras fronteras y cuando lo hacían era ya muy tarde, casi cuando se les agotaba el mandato. Luego desde Zapatero, que llegó a insultar a uno de nuestros grandes aliados, los Estados Unidos, hasta ahora hemos seguido una línea muy errática, tanto con Rajoy, que se sentía extraño en ese ámbito de las relaciones internaciones, como con Sánchez ahora, que incluso ha llegado a decir que iba a combatir al actual presidente de los Estados Unidos, Donal Trum