El artista vallenato Silvestre Dangond y Carlos Bloom, su representante, han dejado de trabajar juntos. De acuerdo a lo revelado por el intérprete de Que no se enteren o Cásate conmigo, lo que ocurre es simplemente que comenzará una nueva etapa con nuevos representantes y Bloom, el hombre que lo descubrió y se lo llevó a vivir a su casa, seguirá presente. Pero el manager de Silvestre Dangond ahora será Andrés Castro, quien nuevamente estará acompañado por la experiencia del empresario argentino Walter Kolm.
En el año 2000, cuando la estrella vallenata conoció a Bloom, la conexión fue inmediata. Silvestre Dangond, que ahora llena estadios en América Latina y Europa, no tenía ni siquiera para pagar una pieza y el representante se lo llevó a vivir con él cuando todavía no trabajaban juntos. Sin embargo, cuando el cantante lanzó su primer disco y se lo mostró a su entonces manager, a quien cariñosamente suele referirse como Charlie, ahí sí aprovechó para pedirle ayuda.
Nunca firmaron un contrato y actualmente, Silvestre Dangond suele referirse a Carlos Bloom como su papá. En esa época, apostarle a un talento emergente como Silvestre tenía sentido: El entonces ventiañero nacido en Urumita era el hijo del músico William ‘El Palomo’ Dangond, venía de presentarse en fiestas con el acordeonero conocido como el Coco Zuleta y era un apasionado del vallenato con potencial de convertirse en estrella.
La carrera de Silvestre Dangond se disparó cuando lanzó La colegiala, una canción inspirada en un idílico amor adolescente que incluso luego de su matrimonio siguió utilizando como musa inspiradora para componer grandes canciones de su repertorio. Para entonces, ya lo acompañaba Juancho De La Espriella, un acordeonista reconocido que había trabajado previamente con otro artista de Carlos Bloom llamado Peter Manjarrés.
La dupla entre Dangond y De La Espriella ha sido una de las más famosas del vallenato y en los años siguientes compusieron clásicos como Dile, Que no se enteren o Cantinero. Silvestre se convirtió en un auténtico rockstar del vallenato, sus fanáticos comenzaron a llamarse Silvestristas.
Silvestre Dangond y Carlos Bloom trabajaron duro al público colombiano. En esa época, el artista daba conciertos para 10.000, 20.000 personas y casi no grababa videos musicales porque prefería subir las versiones en vivo con la gente gritando sus temas. Dentro de este género musical, sólo Diomedes Díaz había revolucionado las ciudades y los pueblos colombianos de esa manera.
En una entrevista reciente con Dimeloking, aclara que priorizar Colombia ha sido el secreto de su éxito y que, si él actualmente tiene dinero y una enorme tranquilidad económica, se debe a lo que hizo acá y no en el exterior.
El punk argentino que lo hizo famoso a nivel internacional
Carlos Bloom era fanático, según explica Silvestre, de un mánager y productor de eventos argentino llamado Walter Kolm. Un empresario que comenzó trabajando con la banda punk argentina Los Violadores, luego fue presidente de Universal Musical Latino y años más tarde, ya como independiente, resucitó la carrera de Carlos Vives e impulsa la de un naciente Maluma.
Ese espíritu del hazlo tu mismo de la música punk hizo que Walter Kolm entendiera la música con un enfoque más creativo. Por ejemplo, cuando le llegó la oportunidad de trabajar con un Carlos Vives que no estaba en su mejor momento y otros empresarios consideraban un artista del pasado, el argentino recordó un show multitudinario del artista que había visto en Miami y se preguntó qué era lo que podía mejorarse con él.
Así que cuando llegó el turno de trabajar con Silvestre Dangond, entendió de inmediato que, si pudo resucitar al intérprete de Fruta fresca o Volví a nacer y hacer aún más grande su impacto internacional, podría repetir la fórmula de éxito con Silvestre Dangond.
No se sabe si Silvestre comenzó a hacer canciones de pop urbano por iniciativa propia o de Walter Kolm, ya que este es un campo en el que el empresario argentino ha trabajado con artistas como Maluma o Wisin.
A decir verdad, Silvestre se había despegado del vallenato tradicional hace rato y la prueba de eso era la versión bachata de su éxito Loco paranoico y el logro de haber puesto a cantar un vallenato llamado Materialista a un reggaetonero como Nicky Jam.
Sus primeros éxitos urbanos fueron Por un beso de tu boca, Ya no me duele más y Justicia, las dos últimas tuvieron versiones de los artistas de reggaetón Farruko y Natti Natasha, respectivamente.
Esa unión entre Walter Kolm, Carlos Bloom –quien seguía siendo un mánager adjunto– y Silvestre Dangond permaneció cuatro años, entre los años 2016 y 2020. Existen varias versiones al respecto: que el artista tenía problemas de alcoholismo, que el cantante no quería abandonar su país en tiempos pandémicos o que el nativo de Urumita es un tipo muy difícil para trabajar.
En años recientes, Silvestre se ha dedicado a trabajar nuevos públicos. Ha fortalecido su presencia en Europa y se ha alejado un poco de los pueblos colombianos con la intención de que los artistas regionales también puedan ocupar estos espacios.
A comienzos de 2023, se anunció que Carlos Bloom y Silvestre Dangond ya no estarían trabajando juntos y que Walter Kolm, ahora con el productor y empresario Andrés Castro, vuelve a ser uno de sus mánagers.
No está claro si Bloom sigue trabajando de forma activa o no. El músico se ha limitado a responder que “su papá” siempre estará presente, que se comunican frecuentemente y que simplemente él está transitando un cambio de etapa.
El debut de Andrés Castro como mánager de Silvestre Dangond
Muchos conocen a Andrés Castro más como productor y compositor que como manejador porque él fue el arquitecto sonoro que, junto a Carlos Vives, le dio el sonido a canciones como Nota de amor de Wisin, La bicicleta o Volví a nacer.
Castro también es conocido por ser quien estuvo detrás de otros grandes éxitos como Hasta el techo de ChocQuibTown, Darte un beso de Prince Royce, El anillo de Jennifer López o Sin contrato de Maluma.
En los últimos años, Castro ha decidido incursionar en el campo del management y para ello creó una empresa que, en clara referencia a uno de los mayores éxitos de Shakira, llamó Hits don’t lie y es la firma con la que en los últimos meses contrató a Silvestre Dangond o los artistas de reggaetón Zion & Lennox.
Walter Kolm y Andrés Castro trabajan juntos desde hace años y tienen una confianza que ahora se materializará en su sociedad para mover a estos consagrados talentos que la dupla espera propulsar a un nuevo nivel.
En la industria musical es frecuente que un artista tenga más de un solo mánager, debido a la cantidad de cosas que hay que hacer. Por ejemplo, Miguel Lua, el otro representante de Maluma, entró al equipo de trabajo por invitación del propio Kolm.
Sorprendentemente, el nuevo trabajo de Silvestre Dangond no está buscando los sonidos urbanos, la música mexicana, ni ninguno de los ritmos de moda del momento, sino que, con excepción de alguno que otro coqueteo con sonidos pop, de la electrónica, salsa o el merengue, es un disco de puro vallenato.
El álbum se llama Ta malo, porque esa es la crítica que nunca falta cuando saca un nuevo disco, y está inspirado en los gustos de sus fanáticos colombianos. Según Dangond, primero hay que pensar en el público local y no tiene sentido hacer música de momento, como la mexicana que está de moda ahora, si aún no has construido un público de base en tu país.
El joven de Urumita que hace veintitrés años no tenía cómo pagar una pieza, ha construido un público gigante y aunque ande alejado de los escenarios, podría estar próximo a volver a demostrarlo en los dos shows de reencuentro con su público que están programados para este fin de semana en el mítico Parque de la Leyenda Vallenata de Valledupar. Tan sólo la caravana de bienvenida fue una locura y provocó desordenes con el orden público de la ciudad. No es la primera vez que el cantante logra un lleno total en ese lugar.
Después de todo, cuando uno le pregunta a un fanático del vallenato por los más grandes de este género, primero están Diomedes Díaz y Silvestre Dangond… y debajo todos los demás.
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