Falacioso y mentiroso editorial de la última edición de Semana. En primer lugar, Gustavo Petro no es el protagonista del paro: son los ciudadanos indignados por el desempleo, el hambre, la pobreza, la exclusión y la ineptitud del gobierno Uribe-Duque que no gobierna para el pueblo, sino para las élites políticas y económicas.
Mediante razonamientos falaciosos y sin ninguna prueba concreta, Semana pretende vincular a Petro con la protesta social, los bloqueos y los actos violentos.
Dice el editorial que, según una encuesta del Centro Nacional de Consultoría, el 30 % de los colombianos identifica a Petro como el promotor del paro. Esa es una percepción ciudadana que no demuestra la vinculación de Petro con los promotores del paro. Es tan falso como razonar que Uribe es paramilitar, narcotraficante, corrupto y mafioso porque el 70 % de los colombianos pensamos en esos términos del expresidente. En estos casos, las percepciones, repito, no prueban nada.
Semana también sostiene que Petro ha sido exagerado y mentiroso en sus redes sociales. Decir que en Colombia hay una dictadura, que Uribe sigue un libreto neonazi (hace unas semanas el presidente de facto apeló al concepto de "revolución molecular disipada", una teoría reelaborada por un chileno neonazi, con el que Uribe pretende reducir "la movilización social a una simple protesta de jóvenes adoctrinados por el comunismo"), y decir que la crisis social que vive Colombia no se vio en el Chile de Pinochet no son afirmaciones exageradas, ni mentiras, ni es echarle gasolina a la crisis, ni es tampoco promover el odio como sostiene malintencionadamente Vicky Dávila.
Tampoco se puede responsabilizar a Petro de los trinos del senador Gustavo Bolívar, quien ha pedido la renuncia de Iván Duque y ha llamado "carnicero" y "sanguinario" al ministro de Defensa. Las pruebas están ahí: más de 2000 abusos y excesos de algunos policías en todo el país, que no son simples casos aislados: más de 30 asesinatos, más de 10 abusos sexuales contra manifestantes, más de 1000 detenciones arbitrarias.
Que María José Pizarro, Alexander López, Wilson Arias e Inti Asprilla hubieran intervenido en actuaciones del Esmad contra manifestantes no prueba ninguna vinculación de Petro con la protesta. Por el contrario, lo que demuestra es que el Esmad ha incurrido en excesos, y que estos congresistas como representantes del pueblo han actuado para prevenir violaciones de los derechos fundamentales a manos de la fuerza pública.
También sostiene el editorial de Semana que varios miembros del comité de paro dicen que apoyan la candidatura de Petro a la Presidencia. Eso no es ningún delito, ni tampoco constituye una prueba de la supuesta injerencia de Petro en la movilización social, en los bloqueos y en la violencia. El mayor responsable de la crisis es el gobierno Uribe-Duque, que es quien detenta el poder, y el que tiene la obligación legal y moral de escuchar al pueblo, y realizar los cambios sociales que Colombia demanda.