El próximo lunes 26 de febrero el actual presidente de Ecopetrol, la empresa más grande del país, Ricardo Roa, tendrá que subir al cuarto piso del edificio adyacente al Centro Comercial San Martín, ubicado en el centro de Bogotá, para entrar al recinto del Consejo Nacional Electoral (CNE) y rendir cuentas sobre la campaña presidencial de Gustavo Petro, en la cual fungió como gerente. Allí será cuestionado sobre las declaraciones que en su momento dieron dos personas que entonces eran cercanas al hoy Presidente como Nicolás Petro y Armando Benedetti sobre entrada irregular de dineros y muy probablemente también dará su versión sobre la donación de $ 500 millones por parte de Fecode.
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Hace poco más de un año, el CNE recibió por primera vez una queja por presuntas irregularidades en la campaña, pero no fue sino hasta junio de 2023 que abrieron oficialmente una investigación, para la cual quedó delegado el magistrado tolimense Benjamín Ortiz, quien llegó a la corporación como representante del Partido Liberal a pesar de nunca haber sido militante.
De Benjamín Ortiz se habla mucho sobre su relación con el ya exregistrador Alexander Vega, de quien llegó a ser secretario general. También se cuenta su experiencia de más de dos décadas como docente en diferentes universidades públicas y privadas del país. Sin embargo, de lo que se habla menos es de su vida antes de llegar a ser funcionario público, en la que lejos estaba de imaginarse que terminaría siendo magistrado del Consejo Nacional Electoral.
El oriundo de Ibagué comenzó recogiendo café en la finca en la que trabajaban sus padres, tiempo en el que poco le importaba el estudio, puesto que, tal como le contó en su momento a El Olfato, medio de su tierra, su ideal era “que estudien los que no saben cómo se hace el billete”. También trabajó como celador en el Politécnico Luis A. Rengifo, una correccional de menores de la capital tolimense.
Sin embargo, la aparición de un hombre en su vida sería la clave para que diera un giro de 180 grados. Se trató del entonces secretario de Gobierno de Ibagué, Flavio Rodríguez, quien lo convenció de la importancia de estudiar convencido de que era superior a la media en una habilidad en particular, la de la oratoria.
Rodríguez lo ayudó a llegar a Bogotá, donde alternaba sus estudios de derecho en la Universidad La Gran Colombia con el trabajo como auxiliar en el Consejo Superior de la Judicatura. Y parece que lo del estudio le quedó gustando porque luego haría una especialización en Derecho Electoral y Derecho Administrativo de la Universidad del Rosario y una maestría en Derecho Disciplinario de la Universidad Libre.
En el Rosario, donde hizo su primera especialización, comenzó su travesía como profesor, faceta que lo caracterizaría durante el resto de su vida o por lo menos hasta el 7 de septiembre de 2022, día en el que el Presidente Gustavo Petro lo posesionó como magistrado del CNE, algo que no soñaba cuando estaba recogiendo café en Ibagué, pero que ya tenía como objetivo cuando comenzó a enamorarse del derecho.
Llegó a la corporación por primera vez en 2002 y escaló peldaños hasta convertirse en secretario general. De allí pasó EN 2017 a la Contraloría Distrital de Bogotá, donde estuvo poco tiempo antes de llegar a la Registraduría de la mano de Alexander Vega, quien venía justamente de ser magistrado del CNE, al que volvería años después por la puerta grande para cerrar el ciclo.
Ortiz, junto con Álvaro Hernán Prada del Centro Democrático, quien ha sido un ferviente opositor a las ideas de Gustavo Petro y junto con los otros siete magistrados del organismo electoral, con el presidente Alfonso Campo incluido, escucharán con atención lo que tenga para decir Ricardo Roa sobre el dinero que entró a la campaña del hoy Presidente de la República de Colombia.
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