Ante la aseveración del artículo En el Magdalena se consume agua podrida, donde se afirma que la Administración Departamental es indiferente ante los resultados del IRCA 2015 en 26 de los 30 municipios del Departamento, nos permitimos recordar a la opinión los esfuerzos que, desde el año 2005, se vienen haciendo en el Departamento del Magdalena, para lograr superar el atraso que se tenía en materia de infraestructura y prestación de los servicios de acueducto y alcantarillado.
Gracias a la política pública del Gobierno Departamental y su esfuerzo económico --como también el de los municipios y de la nación-- hoy contamos con 14 sistemas de acueducto optimizados en la zona urbana, 15 en el sector rural y 2 que benefician a comunidades indígenas. Estos acueductos son idóneos para suministrar agua apta para el consumo humano, con continuidad de 24 horas y con coberturas superiores al 85% de la población. Además, se encuentran en proceso de construcción 11 acueductos más en la zona urbana y 21 en el sector rural. En cuanto al saneamiento básico, 7 cabeceras municipales y un corregimiento cuentan hoy con sistemas de alcantarillado domiciliario, y hay 11 sistemas en construcción.
Como podemos ver, hemos avanzado notablemente venciendo muchos obstáculos. No basta con tener una infraestructura óptima, además hay que operarla. La responsabilidad de hacerlo con eficiencia y calidad recae sobre los alcaldes municipales, a quienes la Gobernación, a través del Plan Departamental de Agua, ha venido asesorando a lo largo de las tres últimas administraciones. Sin embargo, las entidades territoriales han mostrado una baja capacidad de gestión para dirigir en forma eficiente la prestación de los servicios.
La calidad del agua que se suministra a los usuarios de un sistema de acueducto depende de varios factores en los que se incluye la manipulación que del preciado líquido hagan los usuarios. Desafortunadamente la cultura de almacenamiento y la falta de amueblamiento sanitario en las viviendas, entre otros factores, contribuyen con su contaminación.
Sin embrago, no hemos dejado de trabajar en pro del mejoramiento continuo y de la búsqueda del bienestar de los Magdalenenses. Por esto, el Plan Departamental de Agua emprenderá este año un ambicioso plan de acompañamiento a la prestación de los servicios que, esperamos, cuente con la voluntad de todos los actores para que durante la presente administración se consolide la transformación cultural y el paradigma de las necesidades básicas insatisfechas en nuestro entorno.
