Para sacar la manteca de muerto no sirven los feos, los drogadictos, los viejos. Si es joven, hermoso y puro el ungüento saldrá mejor. Por eso es que las bandas que se dedican a matar personas para tener los insumos que se necesitan para crear la pócima. Por eso, las víctimas por lo general son muchachos, si son vírgenes mejor, a quienes los destajan y les sacan toda la sangre de las piernas. Luego, en cuencos ardientes, los cocinan y extraen su grasa que es envasada en botellas. La textura es blanca y espesa, como el mazato.
El barrio San Bernardo tiene una tradición de maldito desde la época de la colonia. Allí estuvo cimentada, hasta 1950, una mítica iglesia que fue demolida y encontraron bajo sus cimientos un cementerio indígena. Calaveras, maleficios, una estela de maldiciones que tradicionalmente han encontrado uno de los barrio más peligrosos del país. Allí, entre sobanderos tan legendarios como El Tigre, se encuentran vendedores de pócimas mágicas como la manteca de muerto que sirve, según los que creen, para curar cicatrices, para embellecer la piel y también para hacer brujerías, hechizos, untar con la manteca a un muñeco y enterrarlo en la tumba de un bebé podrían ser un trabajo para acabarle la vida a cualquiera.
En El libro negro de la brujería del antropólogo más famoso del país, Esteban Cruz Niño, se develan las historias de un país que, aunque no lo pueda aceptar, paralelo a su catolicismo exhacerbado, tiene una tradición de brujos y hechiceras que se extiende desde hace más de cuatro siglos.
En el país que más han encontrado bandas que se encargan de matar gente para conseguir los insumos que se necesita para hacer manteca de muerto está Perú pero en Bogotá, debido al tráfico que hay de la pócima, no se descarta que estén operando este tipo de asesinos.