Casi una publicación al día hace Luisa Fernanda W desde que Legarda falleció. No ha dado espera, ni se ha detenido. Únicamente 6 publicaciones han sido para el amor de su vida. Si yo fuera ella diría algo así como "¿Pues para qué si lo que está pasando en mi vida, así sea muy difícil, me ha traído más gente para hacer contenido?". No nos vengamos con mentiras, no nos vengamos con patrañas, esta situación tan dolorosa se ha convertido en toda una estrategia de marketing para esta mujer.
Leo todos los días gente en Twitter e Instagram defenderla a capa y espada. Sí, yo entiendo. Perfecto. "La vida sigue", finalmente quien falleció fue Legarda, no fue ella, pero el uso estratégico de esta mujer me tiene anonadado: en sus historias de Instagram le comparte a sus fans un mensaje mañanero de "el café del día" que viene con un versículo donde Dios es el mensajero directo (de una vez digo: nada en contra de creer en Dios, solo que sería interesante ver desde una perspectiva crítica ahí Dios cómo funciona en conjunto con todas las publicaciones que hace), y luego publicaciones donde la buena vida va de primeras.
Vemos que las historias, efímeras porque duran 24 horas, son para Legarda, pero su indiscriminada decisión de publicar como si no hubiese una sola oportunidad para hacer silencio y vivir ella su proceso la llevaron a generar confusión con los que siguen su cuenta. ¡Silencio, mujer! ¡Silencio! Si vas a publicar por trabajo, no hagas evidente la ganancia.
En su perfil publica fotos de ella viajando, dándose la vida que merece, pasando este dolor afirmando que siempre está de la mano de Dios. Vaya, ¡ojalá nuestros lutos fueran así! ¿No? Además quedó clarísimo que plata es lo que hay, y ella lo sabe de ante mano, tanto que necesitó eliminar la foto que le causó varios problemitas pues se veía claramente todo un fajo de billetes que podían llegar a sumar 2'000.000 de pesos por ser especulativo. La vida no es tan cruel, parece que la muerte tampoco lo es. Y que no vengan los defensores a decirme que esa plata ha sido únicamente del trabajo fuerte de ella, la muerte también es un negocio y en un momento de tanta desolación no está de menos que haya una oportunidad para incrementar los ingresos. Entonces sí, ella trabaja con el sudor de su frente pero sus frutos los auspicia por los laditos su gran amor.
La música se la heredó Legarda ¡y de qué forma!, ahora Luisa Fernanda quiere cantar y sus publicaciones se han llenado de videos de ella haciendo música. O si a eso se le puede llamar música. La mayoría de captions se refieren a Legarda, y nos hace creer que van dirigidos a él. Pero claro, es que yo me imagino que así debe, porque hay que honrar y cantarle a quien le ha dado casi 3 millones de nuevos seguidores. De nuevo: más gente a quien se le puede hacer contenido. Sin parar.
¡Luisa Fernanda es imparable!
