Se conocieron a mediados de los años setenta. Los presentó una de las primas de él que estudiaba con ella en el exclusivo colegio Nuestra Señora del Buen Consejo en Barranquilla. Samuel Enrique Viñas Abomohor y Clarena Piedad Acosta Gómez pertenecían a la elite de la ciudad. Por eso los papás de ambos vieron con agrado el noviazgo que empezó cuando ambos tenían 16 años. En los primeros seis años de relación, en plena década del ochenta, Clarena decidió acabar la relación debido a los asfixiantes celos de él. Ahí ya la familia de ella empezó a ver con malos ojos la actitud dominante de Samuel, la violencia con la que le hablaba, lo dominante que era. Aún así él la reconquistó y se casó con ella en agosto de 1988 cuando ambos arrancaban la carrera de Derecho. Desde el principio de la relación Samuel se metía de lleno en la vestimenta y los horarios de salida de su esposa. Los celos eran enfermizos.
Ella era una talentosa e innata diseñadora de modas, él era ventajoso y hábil en los negocios. Ambos pusieron Tempo, uno de los almacenes de ropa más famosos de Barranquilla. Él lo invertía todo en sus negocios por eso llegaron a abrir 15 sucursales de los almacenes Laura V en Colombia y también en Panamá. Pero los golpes, los insultos, los celos no dejaban a la pareja en paz. Dos meses antes de ser asesinada y mientras tramitaba su divorcio Clarena le contó a un juzgado de familia en Barranquilla los golpes, las amenazas de matarla y después él se suicidaría, las tiradas a las paredes y a las mesas y sus intentos de ahorcarla. Clarena vivía un infierno. Se fue a vivir con sus papás, dejaron de trabajar juntos pero a comienzos de diciembre del 2009 Samuel la convenció de regresar a su casa.
Él fue al siquiatra y le diagnosticaron un transtorno neurótico compulsivo que le exigía internarse en un hospital mental. Él le prometió que se internaría, que mejoraría, pero nada de esto sucedió.
Un testigo de lo que pasó fue el portorriqueño Anthony Rodriguez Colon quien el 29 de diciembre de ese año le dijo que él estaba seguro de que Clarena quería separarse de él porque lo engañaba con otra persona. Quería venganzarse. Charles Rodríguez, quien en esa época era novio de una de las hermanas de Clarena, vio como después de la cena de año nuevo del 2010 Samuel Viñas se reunió con su esposa y su hija y lo llamó a él para que fuera testigo de la conversación. La calma le duró poco a Samuel quien no tardó en empezar a insultar a las dos mujeres y a sacar su arma de fuego. A su hija, con la mano que le quedaba libre, la sacó del cuarto a empujones. También sacó a Charles Rodríguez del cuarto y, diez minutos después, escucharon los disparos. Lívido, Samuel Viñes salió del cuarto y le pidió después que salieran todos los que estaban en el apartamento. También pidió que viniera la policía que él se iba a entregar. La policía constató que la había matado con dos disparos en la cabeza.
Fue condenado a 45 años de cárcel por ese asesinato. El pasado 7 de febrero un juez 4 de ejecución de penas de Barranquilla le concedió el beneficio de Casa por Cárcel en un lujoso apartamento al norte de la ciudad. Un hecho que ha despertado la indignación de toda la Costa Atlántica.
