Según la Librería Lerner, una de las más prestigiosas del país, el libro La batalla por la paz del expresidente Juan Manuel Santos (que ya ronda la 4 edición) fue el más vendido del año pasado en el país, estuvo por encima de Mi Historia de Michelle Obama, El Milagro Metabólico de Carlos Jaramillo y Memorias de un Hijueputa de Fernando Vallejo.
Soy del departamento de Antioquia, la región que puso un millón de votos para que ganara el no en el plebiscito, y saber que el libro que recoge las memorias de Juan Manuel Santos y las del proceso de paz de La Habana es uno de los libros más vendidos a nivel nacional es un motivo de orgullo. Santos a pesar de defender el modelo neoliberal, de dejar una deuda histórica con los obreros, estudiantes, campesinos, indígenas y las distintas minorías del país, será reconocido en el futuro como una de las personas más importantes en la historia política de Colombia, por lograr la desmovilización de la guerrilla más antigua de occidente, las Farc. Su legado solo será entendido a profundidad por las generaciones posteriores. Quizá su rostro saliendo en los billetes de ese entonces, como en el de hoy salen los de Jorge Eliécer Gaitán o Carlos Lleras Restrepo.
El libro La batalla por la paz, a pesar de no tener una prosa de Nobel de Literatura, sí tiene las reflexiones de Juan Manuel Santos, el Nobel de la paz del año 2016, por lograr el acuerdo de paz colombiano y obtener como resultado la desmovilización de la guerrilla marxista-leninista más antigua del mundo, y acabar con uno de los últimos resabios de la guerra fría en nuestra américa (el último es el embargo y aislamiento contra Cuba). Santos representó el sentido común de la burguesía y oligarquía tradicional colombiana, y su única “traición” fue darle la espalda a los demagogos de la guerra, que buscaban un conflicto permanente, predicando y aplicando una guerra sin sentido, produciendo mas de 8 millones de víctimas.
A pesar de que durante los años que duró el proceso de paz, la sociedad colombiana estuvo “dividida”, si contó con el total respaldo de la comunidad internacional desde EE.UU., hasta la Unión Europea, la ONU y lo más importante el apoyo incondicional de los países de la región muy en especial Cuba, Venezuela y Ecuador. Sin ellos la confianza de Las Farc al estado colombiano no hubiera sido posible, el pueblo colombiano esta en deuda con todos ellos. Otras de las razones de este fuerte apoyo de la comunidad internacional, fue que durante el tiempo en que duró la negociación el mundo estaba en guerra en todos sus rincones. Libia el país del norte africano que fue el más próspero de su momento estaba reducido a cenizas, Siria e Irak destruidos en su totalidad por El Estado Islámico y otros grupos extremistas. Ucrania en guerra, Yemen reducido a polvo, guerras en la República Centroafricana (y en casi todo el áfrica), tensiones diplomáticas entre Rusia y EE.UU. y una creciente carrera armamentística nuclear que amenaza la existencia de nuestra especie. Todos estos factores llevaron a que la comunidad internacional viera que el conflicto armado colombiano (el más antiguo del hemisferio occidental) llegara a su fin y diera algo de esperanza para el mundo que en ese momento se encontraba en una profunda depresión.
A pesar de que Álvaro Uribe afirme que el proceso de paz de Santos fue dar impunidad al terrorismo y que Colombia se convertiría en una segunda Venezuela, y Andrés Pastrana sostenga que el proceso de paz de Juan Manuel Santos fue el peor de la historia (a pesar de que su zona de despeje fue un territorio tan grande solo comparado con el tamaño de Suiza o Holanda), la paz imperfecta de Santos, a pesar de sufrir tantas caídas fue la que pudo “acabar” con la guerrilla, donde el secretariado las Farc pasó del poder de los fusiles a ser escuchados en democracia, y donde más de 7000 combatientes pudieron volver a la sociedad civil. Me considero afortunado en ser parte de una generación que vivió la desmovilización de las Farc y sé que como muchos antioqueños y colombianos en general leen con optimismo, respeto y orgullo el libro La batalla por la paz y sin duda merece el gran privilegio de ser el libro más vendido del 2019.
