Ya lo teníamos todo planeado, queríamos entrar donde se gesta toda la mentira y se manipula a la opinión pública para ‘explotar desde adentro’ como lo dice Calle 13. Logramos ingresar a RTI y dejarles nuestro mensaje de indignación al público alienado y a quienes construyen y apoyan la parafernalia de Teletón.
Llegamos a hacer fila antes de las 7 pm para nuestro ingreso al estudio, al tiempo ya se estaba desarrollando el cacerolazo propuesto a las afueras del lugar. Mis compañeras y compañeros de viaje a esta acción no violenta (cuatro de nosotros con discapacidad) nos sentíamos nerviosos y ansiosos por lo que pudiera ocurrir allá adentro. Mientras hacíamos cola para entrar, varias personas con discapacidad que venían al plantón nos reconocieron y comenzaron a gritarnos ¡vendidos! Yo solo respiraba y pensaba en mi interior ¡si supieran lo que vamos a hacer y lo difícil que es estar de este lado! La decisión estaba tomada y nuestras convicciones seguían firmes: íbamos a entrar.
Después de dos horas esperando a que revisaran la lista en que estábamos inscritos, por fin recibimos las manillas de ingreso ¡ya estábamos más adentro que afuera! Había un ambiente tenso, la gente del cacerolazo gritaba arengas y nosotros(as), con ganas de hacer lo mismo, tuvimos que contenernos mientras esperábamos el aviso de entrada. Corrieron la reja y pasamos el segundo obstáculo, ya estábamos en el edificio de RTI.
Adentro los ánimos se iban calentando, los organizadores nos saludaban con cordialidad mientras pasábamos, el estudio nos recibía con luces, cámaras, sonidos estridentes de rock en vivo y los seis buscamos quedar juntos, nos sentamos en la tercera fila de la tarima hacia el púbico, todo iba bien.
Comienza el show de la lágrima. Nos hacen sentar pronto para empezar. Salen personas de la farándula a un lado del escenario con camisetas amarillas para contestar las llamadas de quienes quisieran hablar con ellos y a su vez donar. Comienza la primera presentación con una coreografía de niños y jóvenes, incluyendo niños y jóvenes con discapacidad, en donde cantó Martina, la misma mujer que días antes fue entrevistada por Artunduaga en Todelar diciendo: “Canto de manera voluntaria por los niños para que se recuperen, ‘caminen bien’ y tengan una vida ‘normal’”. Me pregunto ¿qué es tener una vida normal para ella? ¿No tener discapacidad?...
Siguiente parte del show: “Historias de vida”; en ellas buscaban reflejar en medio de lágrimas y música (para cortarse las venas) una mirada de lástima hacia las personas que contaban sus historias, sin que faltara el agradecimiento por lo que había hecho teletón. Hubo grupos musicales, chistes malos, comentarios desagradables como los de Carolina Cruz donde invitaba a donar desde diez pesos en adelante y más historias también con niños. Tener que estar presenciando algo tan degradante como la violación a la dignidad humana hecha show mediático duele hasta los huesos, sé que a todos nos dolió.
La primera franja se acabó y era en la que nos habíamos inscrito, no pudimos encontrar la manera de subir a la tarima porque era muy poco tiempo el que teníamos para entender las dinámicas de la presentación; pensábamos en que no lo habíamos logrado porque ya debíamos retirarnos del lugar, sin embargo, seguimos sentados haciéndonos los “interesados”, uno de los de logística se acercó y nos preguntó si teníamos la manilla de la siguiente franja, a lo que respondimos que no pero que deseábamos quedarnos un rato más porque queríamos “donar”, y nos dejaron. No podíamos desaprovechar esa oportunidad.
Preguntamos que si podíamos pasar a “donar” en vivo a la tarima y nos negaron el paso, ya las personas de logística estaban sospechando de que haríamos algo, pues bien, dejamos que pasara una de las historias de vida y luego de un grupo musical dijimos ¡Ahora o nunca! En ese momento el señor de logística muy “astuto” colocó una silla frente a mi silla de ruedas e hizo que una persona se sentara para que yo no pudiera pasar, pero con lo que no contaba era que yo podía caminar, uno de mis amigos me puso de pie y pasé adelante, los otros compañeros se subieron a la tarima a gritar (todos llevábamos camisetas con el lema Mírate como me miras, Más Derechos cero caridad #TeletónNoMás), uno de ellos cogió la tela que entramos, la extendió y comenzó a pasar por todas las cámaras para que fuera registrada. La tela decía NO + TELETÓN (el logo de la institución lo usamos como O en el NO).
Fueron momentos tensionantes, el público no entendía si lo que hacíamos era parte del show o no. En ese momento llegó seguridad y nos pidió que nos saliéramos. Como la idea no era entrar en choque salimos pacíficamente. Nuestras rabias y dolores se sentían a flor de piel porque este show mediático nos sigue condenando a las personas con discapacidad al aislamiento como seres de mendicidad, sin embargo, acciones como el cacerolazo a nivel nacional, el movimiento de redes y la entrada a los estudios de RTI para decir NO MÁS TELETÓN nos hacen ver cómo nos empoderamos más de nuestros derechos dignificándonos como seres valiosos, llenos de vida y en búsqueda de respeto por la diversidad humana.
En la salida nos estaban esperando mi madre y tres amigos orgullosos de nuestra persistencia y valor por enfrentarnos de cara al show mediático de la lágrima que cada vez está perdiendo más fuerza. Hora de salida 1:00 am.
Bubulina Moreno
