Gracias al lenguaje, los humanos tenemos la capacidad de comunicarnos, transmitiendo ideas y conocimiento. Mediante abstracciones de la imaginación o procesos racionales del intelecto, expresadas a través de la mente. Lenguaje que posibilita la comunicación, pese a que en el mundo se hablan más de 6.000 idiomas vivos no oficiales* y a que más de la mitad de los idiomas nativos están en proceso de desaparición**. Lo que lleva a considerar a que en el planeta aún existe entre la población una brecha cognitiva enorme, que va más allá del uso y acceso a las TIC. Encontrando en todos los países, personas desconectadas y marginadas en proporciones diferentes. Brecha de acuerdo a criterios de expresión y según el sentido léxico, a diferencias entre significados de los sonidos y de las palabras. O a la representación gráfica de los vocablos, por medio de ideogramas, símbolos, figuras, signos o letras. Como también, a la tendencia a colocar los términos relacionales, delante/detrás, izquierda/derecha, acordes con el concepto que representan los diferentes elementos lingüísticos.
Relatividad lingüística que moldea profundamente la forma de pensar, en que se vive y se ve el mundo, a través de la relación entre el individuo y su entorno. Signos de comunicación verbal que comprenden aspectos básicos de la percepción visual o de la apreciación subjetiva, de acuerdo al significado entre culturas y a las emociones de las personas, que a menudo no se alinean entre los idiomas***. Hasta pequeños detalles gramaticales, como la asignación arbitraria de género a un sustantivo. O la personificación en el arte de formas de las entidades abstractas (muerte, pecado, victoria, tiempo), que tienen efecto en las ideas de las personas sobre objetos concretos en el mundo e inconscientemente dan forma a los aspectos básicos de la cognición y la percepción. Organizando activamente los datos sensoriales de la experiencia humana, imponiendo categorías de espacio ─tiempo causalidad─ objeto y sustentando las palabras no por imágenes o representaciones mentales sino por conceptos.
Facultad del lenguaje que da forma al pensamiento, y que es un don único, fundamental para la experiencia de ser humano y para la construcción de la vida mental. Ya que acerca un paso más allá, a comprender la naturaleza misma de la humanidad. Influyendo de tal manera, que la neurolingüística comprueba, que las personas que hablan diferentes idiomas piensan de manera diferente y que incluso el uso de gramáticas que difieren entre sí (formas verbales, sustantivos o géneros gramaticales), pueden afectar profundamente las ideas y la forma en que se concibe el mundo. Poder transformador del lenguaje, que como competencia vital representa un camino de innovación para encontrar el equilibrio entre conocimientos y comportamientos que garanticen que cada persona tenga los recursos necesarios para desarrollar su máximo potencial en la vida. Permitiendo la oportunidad de aprender, para así poder cuestionar lo evidente, interrogar lo establecido, y rodearse sólo de quienes tantas cosas valiosas tienen por decir.
Aprendizaje que en sí mismo es insustituible, porque compensa las desigualdades sociales y logra la suficiente estabilidad emocional para inspirar la compleja travesía hacia la afirmación de sí mismos. Teniendo siempre algo que soñar, algo que hacer y algo que desear, como el motor de la vida. Entendiendo que en estos tiempos, en que el confinamiento nos constriñe a un espacio reducido en lo físico, no lo hace en lo mental. Donde el oficio de crear tiene mucho de voluntad, y en el cual podemos hacer el ejercicio de descubrirnos allí donde estemos, aprendiendo algo de todos. Despertando el sentido crítico y afirmando los valores propios, en su perspectiva más amplia. Evitando el uso de palabras que excusan, que dicen que es imposible, que no reconocen posibilidades, que critican sin construir e inducen a una mentalidad de la escasez. Como también las frases “de sentido común” que no dejan crecer, palabras insensibles disfrazadas de verdad, que siempre se apropian de la realidad.
Notas al texto
(*) (**) En el mundo, existen alrededor 6,912 lenguas vivas. Idiomas, de los cuales el 90% son hablados por menos de 100.000 personas. La lengua con "estatus oficial" en más países del mundo, es hoy el inglés (59). Seguido del francés (29), el árabe (27), el español (20) y el portugués (10). Siendo los idiomas con el mayor número de hablantes nativos: el chino mandarín (909 millones), el español (442 millones), el inglés (372 millones), el árabe (315 millones) y el hindi (260 millones). En Papua Nueva Guinea, por ejemplo, existen 850 lenguas no oficiales y cuatro oficiales, el inglés, el hiri motu, el tok pisin y el idioma de signos, lo que la convierte en la nación con más lenguas en el mundo.
(**) Según el Atlas de la Unesco, en el mundo hay 3.000 lenguas nativas en peligro de extinción. Existiendo muchas causas por las que una lengua puede desaparecer, la más habitual es la derivación y transformación del idioma durante un largo tiempo, lo que acaba por convertirlo en otro nuevo. Así sucedió con las llamadas “lenguas muertas clásicas”, tales como el latín, el griego clásico y el sánscrito antiguo, junto al el elamita, el hitita, el acadio, el egipcio clásico y el chino clásico. Un ejemplo de este fenómeno, es lo que ocurrió durante la conquista española de América, en la que la hispanización y la fuerte influencia cultural europea que se produjo en el transcurso del siglo XVIII, hizo que el número de hablantes en lenguas maternas fuera disminuyendo en el continente hasta desaparecer. Como en Méjico, en el que solo siete millones de indígenas (el 44% del total) cultivan en la actualidad sus lenguas, y en su mayoría lo hacen en solo seis idiomas (náhuatl, maya yucateco, mixteco, tseltal, zapoteco y tsotsil). Corriendo el riesgo de desaparecer 259 variantes lingüísticas, de las 364 nativas existentes.
Siendo Israel, el único país donde revivieron una lengua muerta: el hebreo, que había caído en desuso hace 200 años. A fin de crear un nexo entre las distintas comunidades judías, mezclando el yidis (de raíces hebreas y del alemán), con el sefardí (de raíces hebreas y del español). Igualmente en Europa, se han intentado revivir más lenguas extintas, como el celta, el manés o el córnico, todas de origen indoeuropeo (Inglaterra, Bretaña, Irlanda, Escocia, Gales. Francia y España).
(***) El sumerio fue la primera lengua escrita conocida, sagrada y de empleo científico en Mesopotamia, hasta comienzos de nuestra era. Su escritura, que fue llamada cuneiforme por la forma de cuña de sus trazos, se empleó más tarde para el acadio (asirios y babilonios 4,000 a.C.), el ugarítico (Siria 2500 a.C) y el elamita (Persia 2000 a.C.). Igualmente se adaptó para lenguas indoeuropeas como el hitita (Turquía 1600 a.C.), con una escritura jeroglífica similar a la de los egipcios, como también para el persa aqueménida (فارسی fârsí, lengua hablada en Irán, Afganistán, Tayikistán y Uzbekistán). Sumerio que no está relacionado con las demás lenguas de la zona del sur de Mesopotamia, ya que no es ni camito─semita (Afroasiática), ni indoeuropea (Euroasiática), ni elamo─drávida (Indiapaquistani) y se considera una lengua aislada, al no tener un parentesco genealógico o genético con ninguna otra lengua viva o muerta. Lengua aislada, igual que el euskera (vasco o vascuense), el coreano, el ainu (isla japonesa de Hokkaido), el purépecha (michoacano), el buruchaski (Burušo, Pakistán) y el mapudungtun (mapuche o araucano, Chile y Argentina).
Referencias
Lera Boroditsky, profesora asistente de psicología, neurociencia y sistemas simbólicos en la Universidad de Stanford.
Luis Castellanos, filósofo e investigador del lenguaje positivo, ponente en el Congreso Internacional Brain in Motion y en sesiones de conferencias sobre el lenguaje y la neurociencia.
Atlas Unesco de las lenguas en peligro de extinción.
The Royal Asiatic Society of Great Britain and Ireland.