El legado de Dessalines y Christophe en la pobreza y la crisis política de Haití (I)

El legado de Dessalines y Christophe en la pobreza y la crisis política de Haití (I)

Aunque la actual situación del país centroamericano suele ser atribuida a factores externos, según esta mirada también corresponde a causas internas

Por: José E. Mosquera
julio 15, 2021
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El legado de Dessalines y Christophe en la pobreza y la crisis política de Haití (I)

La crisis política que se vive en la república de Haití tiene unas raíces históricas que ameritan ser examinadas dentro del contexto de los trágicos hechos que rodean el asesinato del presidente Jovenel Moise. De hecho, van más allá de los sentimientos étnicos y de la historia legendaria sobre la epopeya negra del primer pueblo libre de América. Por consiguiente, cuando se habla de la pobreza, el atraso y la crisis económica y política haitiana se señala con el dedo acusador de su postración económica y social al racismo externo, a los saqueos y a las expoliaciones del colonialismo francés y el imperialismo estadounidense. Sin embargo, poco se habla de las responsabilidades que tienen las elites negras y mulatas, y el racismo interno en aquel retardo histórico del pueblo haitiano.

De manera maniqueísta se culpa a los franceses y a los estadounidenses, a la discriminación internacional que generó su gesta libertaria, a las políticas neoliberales y a los embargos económicos. Sin embargo, detrás de esa narrativa se oculta el papel funesto que han tenido los propios haitianos en el atraso y la pobreza de su país: los regímenes monárquicos y dictatoriales corruptos, los desaciertos en las políticas económicas y la ineficiencia estatal; al igual que el segregacionismo y la cultura militarista de los haitianos en los niveles de pobreza de su país. Tanto los señalamientos externos, como los internos han sido letales en el desarrollo de Haití.

Pese a que negros y mulatos lucharon por igual en la independencia del país, la política segregacionista que implantó la dictadura de Jean-Jacques Dessalines de 1804-1806, en contra de los mulatos cuando se proclamó emperador con el nombre de Jacques I, originaron unas raíces de rivalidades étnicas que han tenido consecuencias catastróficas en la consolidación de Haití como nación. Dessalines, instauró una dictadura despótica en beneficio de los negros con la expulsión de los blancos, la confiscación de sus bienes, la prohibición de tener propiedad y limitaciones para tener acceso a la propiedad de la tierra que frenaron la prosperidad del país.

En parte fue esa política discriminatoria en contra de los descendientes de los franceses la que frenó en cierto modo el avance de las fuerzas productivas haitianas. Durante la dictadura de Dessalines, en constitución política, se consagró que “ningún blanco, cualquiera que sea su nacionalidad, pondrá un pie sobre este territorio y no podrá en el futuro, adquirir ninguna propiedad”.

Indudablemente que estas medidas al igual que otras más radicales que limitaron la tenencia de propiedad solamente para los negros, no solo provocaron un profundo descenso en la generación de riqueza, sino un impacto negativo sobre el desarrollo y el crecimiento económico del país.

Por consiguiente, dichas políticas desencadenaron una encarnizada lucha por control del poder entre negros y mulatos que le costó la vida al propio Dessalines y causo el origen de una guerra civil que dividió al país en dos Estados: Uno en el norte controlado por Henri Christophe, un líder negro que se proclamó rey e instauró una autocracia con poderes absoluto, quién continúo acentuando la cultura militar y caudillista de Desalines. El otro en el sur, gobernado por Alexandre Pétion, un mulato que pretendió estructurar un Estado liberal, garante de las libertades individuales.

Luego de la muerte de ambos, Jean Pierre Boyer, un mulato, hijo de francés y haitiana, logró unificar el país, pero le dio continuidad a la política militarista y caudillista. Gobernó de 1818 a 1843. Fue quien pactó la leonina indemnización con Francia a cambio del reconocimiento de la independencia, pero lo que hubo en el fondo fue un negociado entre los mulatos descendientes de franceses para recibir las indemnizaciones por las expropiaciones de las propiedades de sus familias. Un aspecto que poco se examina y se oculta para culpar solo a Francia del atraso haitiano.

Con la unificación del país no cesaron las rivalidades entre estas corrientes políticas, basadas en el color de la piel. Finalmente, triunfó la corriente militarista de Christophe y, en consecuencia, se acentuó en la administración del Estado la doctrina militarista y autocrática de Dessalines y Christophe con una tradición política que la mayoría de sus mandatarios no han gobernado en función del desarrollo de una sociedad multiétnica, sino a favor de perpetuar en el poder la hegemonía y los intereses de una elite negra o mulata.

Elites que han explotado con el mismo rasero a la mayoría de la población pobre y marginada, se han enriquecido a costa del erario y han amasado inmensas fortunas que depositan en el exterior, mientras que la gran mayoría del pueblo haitiano se debate en medio de la pobreza, la desesperanza, el hambre, el desempleo y las faltas de oportunidades de progreso y prosperidad.

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