No había querido referirme a la polémica que se ha desatado en torno a Mabel Torres, ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación, dado que observo que buena parte se ha enfocado en los aspectos raciales y en mi opinión por ahí no es la cosa. En este debate, como en otros sobre un personaje negro, observo con preocupación cómo un gran porcentaje de la etnia negra recurrentemente lo lleva al plano de la victimización racial.
Las faltas de resultados y de liderazgos de algunos líderes negros no se pueden seguir tratando de ocultar bajo el ropaje de la victimización racial. Los liderazgos se deben ganar por los buenos resultados en cualquier desempeño, independientemente de las condiciones étnicas de las personas.
De allí que el debate que afronta la ministra Torres no es racial, sino esencialmente político, económico, académico y de resultados. A la ministra desde hace rato le están exigiendo resultados en un ministerio que es nuevo y que le corresponde estructurar y poner en marcha para consolidarlo. Todos los colombianos, independientemente a las condiciones étnicas, regionales y de otras índoles, esperamos buenos resultados.
Ahora bien, quienes escucharon con detenimiento y sin apasionamientos la entrevista en la W se dieron cuenta de que la ministra no se preparó y por no hacerlo dio papaya... y se la partieron. Fue una charla más de las que se tienen en la emisora diariamente, donde si el entrevistado no está bien preparado lo hacen trizas. No es la primera, ni será la última.
Así mismo, tampoco es la primera vez en la que la ministra Torres sale en los medios y no convence con sus respuestas, lo que se traduce en que no ha consolidado un buen equipo de trabajo y de asesores. Es claro que está mal asesorada en materia de comunicaciones y de estrategia de medios. Por consiguiente, se le observan protuberantes fallas desde las primeras declaraciones que entregó al El Espectador sobre sus polémicos bebedizos para curar el cáncer.
¿Entonces por qué el debate es político? A los ministros los nombra el presidente, basado en cuotas políticas repartidas entre los grupos económicos, gremios y partidos políticos que lo ayudan a elegir. Mabel no llegó al cargo por su condición de científica y de mujer negra. En mi opinión, esa es una de las falacias que se han creído algunos incautos. Todo indica que ella habría llegado en una carambola política al cargo como cuota del pastranismo, en cabeza de Marta Lucía Ramírez.
Es decir, el pastranismo la habría camuflado con el rótulo de científica y negra para tomar el control de esta importante cartera; aspectos que muchos no han comprendido en este debate, por lo que le están dando un tratamiento pasional desde lo racial. De manera que hasta que la propia ministra no se baje de la nube de que llegó a ese ministerio por científica, sino por otras razones, va a seguir teniendo tropiezos.
De hecho, probablemente por las rivalidades políticas relacionadas con el control de los recursos de ese ministerio es que desde el principio el uribismo pura sangre salió a criticarla y ha tenido tropiezos con otros partidos políticos como Cambio Radical. Además, desde que la ministra llegó al cargo de la mano de la vicepresidenta se enfrentó a los intereses de grupos de poderes que habían controlado los recursos ciencia y tecnología desde los grupos de investigaciones de algunas universidades y desde los centros de pensamientos (que tienen nexos y vasos comunicantes con los grupos económicos que controlan el poder político en el país). Cabe decir que los medios de comunicación no son ajenos a esos nexos y vasos comunicantes con los grupos económicos y los partidos políticos.
