La bandera de los Estados Unidos ondea a la entrada de un discreto edificio de 6 pisos en Manhattan, el corazón de Nueva York. Desde 1936 funciona allí la corte distrital más poderosa del país que se ocupa de casos de narcotráfico, terrorismo y delitos de cuello blanco. Es el lugar de trabajo de Geoffrey S. Berman.
Él es el Juez del Distrito Sur de Nueva York, y fue el hombre que organizó la investigación para capturar a Jesús Santrich. Desde que ocupa el cargo hace tres meses, todas las mañanas sube los siete escalones que los separa de las dos puertas de vidrio de la Corte.
El 19 de octubre de 2017 el propio presidente Donald Trump lo citó a la Casa Blanca cuando era un abogado del bufete Greenberg Traurig, del que también es socio Rudolf Guiliani, exalcalde de Nueva York. Berman llegó puntual con la corbata azul que lo identifica.
Había sido cercano a la campaña republicana, tanto que fue voluntario como abogado y donó USD $ 5,400. La reunión le valió la posibilidad de un inmediato ascenso. Con el respaldo del presidente aseguró su elección en el Congreso, a donde llegó con la nominación de dos congresistas demócratas. Se apuntaló políticamente.
Sería el nuevo juez de la Corte del Distrito Sur. Sabe el peso de la oficina a la que llegaba: en 1903 estuvo George Chandler Holt, quien se convertiría en secretario de defensa de Theodor Roosevelt, y marcó la tendencia de convertir esa corte en una especie de súper corte. Es la encargada de los grandes delitos de narcotráfico, terrorismo y fraudes en Wallstreet.
Del despacho de Geoffrey Berman en Manhattan salió la carpeta, con el sello de confidencial, con el que la Interpol emitió el 4 de abril la circular roja, y que terminó con la captura de Seusis Pausivas Hernández Solarte, Jesús Santrich, en el barrio Modelia, en el suroccidente de Bogotá. En esa casa el exguerrillero de las Farc llevaba solo dos días, porque aparentemente le habían advertido que estaba en el radar de la Justicia.
La Interpol procedió a hacer la tarea en Colombia y fue el CTI de la Fiscalía el encargado de irrumpir en la recién ocupada casa por Santrich. El agente procedió a leer los cargos de narcotráfico al exguerrillero de las Farc.
El nivel del juez Berman es tan alto que, ese mismo día, desde su despacho salió la orden para allanar la oficina de Michael Cohen, el abogado del presidente Trump. Buscaban pruebas sobre el escándalo con la actriz porno llamada Stormy Daniels.
La historia profesional de Geoffrey S. Berman es sólida. En 1990, y por cuatro años, fue asistente del entonces Juez del Distrito Sur de Nueva York. El caso judicial que lo catapultó fue en 1995 cuando logró, como abogado contratado por el Estado de Nueva York, demostrar la infiltración de la mafia en el poderoso sindicato de carpinteros de la ciudad.
El cargo de Juez del Distrito Sur de Nueva York estuvo vacante durante diez meses. Quien ocupaba el cargo, nombrado en el gobierno demócrata de Barack Obama, fue despedido por el presidente Trump.
El 4 de enero llegó a su despacho Geoffrey Berman. Su destreza como investigador y juez está en la capacidad para asumir investigaciones profundas y detalladas que llenan cerros de carpetas. No toma decisiones sin la certeza de las pruebas y se resiste a dejar vacíos en los hilos de investigación de los casos. A la hora de sustentar y presentar los casos, no hay quien le gane. Es ordenado. Contundente.
