Javier Rey Navas es el general retirado del ejército responsable de contundentes golpes militares contra las FARC como la operación Jaque que rescató a Ingrid Betancur, a miembros del ejército y a los tres agentes norteamericanos de manos de las FARC; del ataque aéreo a Sucumbíos, Ecuador, donde murió el jefe guerrillero Raúl Reyes; y de la ubicación de Alfonso Cano, máximo comandante de las FARC, asesinado cuando estaba acorralado y desarmado. Responsable además de las coordenadas que ubicaron el desplazamiento del jefe guerrillero Pablo Catatumbo, cuando iba a viajar a La Habana y que el expresidente Álvaro Uribe divulgó poniendo en riesgo los diálogos mismos.
Se retiró del cargo como jefe del comando conjunto del ejército por diversos escándalos , como la denuncia de corrupción que hizo el detenido coronel Robinson Gonzáles del Rio (sobrino del general retirado Rito Alejo del Río condenado por paramilitarismo, acusado de falsos positivos.
Al ex general Javier Rey también se le señala de estar detrás de las labores de espionaje a las delegaciones de paz de La Habana a través de la operación Andrómeda, revelada por la revista Semana.Este ex general concedió una entrevista al programa Los Informantes de Caracol TV, que desató una discusión que llevó al ejército a pronunciarse oficialmente. Su argumento principal es que él fue retirado del ejército porque era “un obstáculo” para los diálogos de paz de La Habana. Y tiene bastante razón, hay que creerle. No esconde su inclinación ideológica al modelo de "paz" de Uribe: rendición del enemigo o derrota, lo cual quiere decir continuación de la guerra y sostenimiento de la máquina de guerra a cualquier costo, no sólo en presupuesto sino en vidas.
Pero lo importante a discutir de esta entrevista es la siguiente afirmación que muestra el núcleo central de su preocupación: "Es que las FARC no busca la paz, las FARC no busca ni siquiera el poder, busca es implantar un gobierno diferente como ellos lo han manifestado...".
Vale la pena reflexionar sobre esta afirmación cardinal del general en retiro. Sin duda es el temor principal no sólo suyo, sino de la cúpula militar que se niega y opone a los diálogos. Es también el principal motivo de la resistencia y oposición radical del uribismo a los diálogos de La Habana, es su obstinada negativa a que produzcan resultados concretos hacia una paz duradera y con garantías de participación política, no sólo de los jefes guerrilleros, sino de la oposición y la izquierda en Colombia. Temen que ésta y el movimiento social harto estigmatizado y eliminado por las balas oficiales y paramilitares (UP y miles de opositores) se convierta en una alternativa real de poder. Es esto lo que los trasnocha y tiene en vilo y acechando la posibilidad de sabotear los diálogos para que no prosperen. Ven amenazados sus intereses, su aparato institucional burocrático, ilegítimo, corrupto y criminal por el avance de los movimientos sociales y populares. Temen que la izquierda llegue por vías democráticas al poder político y a partir de un nuevo gobierno legítimo y el respaldo de las mayorías y nuevas ciudadanías, entre en juego y discusión el cambio del modelo de gobierno, del modelo económico neoliberal, de los TLCs, la doctrina militar misma que alimenta la mentalidad de enemigo interno de las Fuerzas Armadas, que se reoriente la soberanía nacional, los acuerdos con los Estados Unidos, etc. Son asuntos e intereses muy serios para no temer un cambio, más cuando han sido defendidos imponiendo una guerra que lleva más de seis décadas con los costos y daños por todos conocidos.
Es la misma y genuina preocupación de los terratenientes, los grandes para políticos y de quienes en Colombia no sólo ven la guerra como un jugoso negocio sino como la posibilidad de mantener una monstruosa máquina de guerra al servicio de sus intereses. Por supuesto que las FARC buscan el poder político y un nuevo gobierno para el cambio, no hay nada nuevo en ello, esa ha sido una de las razones históricas del levantamiento armado en Colombia, negarlo sería desconocer las causas históricas del mismo.
En la entrevista también afirma el ex general que hay un bajonazo en las actividades del ejército y la persecución contra las FARC: “yo digo entre comillas que hay un cese al fuego bilateral”, no oficial pero lo hay. Por la contratación y movilidad del ejército, hay una especie de operación tortuga del ejército, concluye la periodista que lo entrevista. El ejército le respondió desmintiéndolo y por el contrario reafirmando la ofensiva, con un comunicado oficial de 6 puntos donde le recuerda en el 5, lo que las comunidades campesinas han denunciado como bombardeos indiscriminados contra sus viviendas, ganados y cultivos y que pone en peligro sus vidas a aparte de generar terror: “De igual manera, se han incrementado las operaciones en áreas especiales como: Putumayo, Choco, Arauca, Nariño, Cauca, Caquetá, Meta, Guaviare y sur de Bolívar.”
Finalmente, sintonizado con la propuesta del Centro Democrático que acaba de presentar un proyecto de ley al Congreso, de crear un Tribunal militar temporal para juzgar a los militares condenados y denunciados por violaciones a los derechos humanos, el general Rey afirma que si en La Habana acuerdan que los guerrilleros de las FARC no pagarán un día de cárcel, como militares lo respetarán, y a continuación habla sobre los procesos judiciales contra militares involucrados en delitos y crímenes de guerra, afirmando que los hombres del ejército en tanto son el Estado pueden quedar en manos de la justicia internacional que no vendría detrás de quienes cometieron vejámenes siendo de grupos irregulares, como ex guerrilleros Antonio Navarro Wolf y Gustavo Petro, mientras que el coronel Alfonso Plazas Vega (responsable de la retoma y los desaparecidos del palacio de Justicia) está detenido porque fue a salvar el Estado el año que el M-19 se tomó el Palacio.
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