Cristian Andrés Villamizar Núñez, estudiante que desde los 12 años ha querido ser eximido de la clase de religión en la Institución Educativa Instituto Técnico Superior Dámaso Zapata de la ciudad de Bucaramanga, sigue siendo obligado por el rector y profesores de religión a tomar la clase que él como ateo no quiere recibir.
En el año 2015, el joven, con ayuda y beneplácito de su padre y asesoría de la Asociación de Ateos de Bogotá, instauró una acción de tutela con el objeto de ser eximido de su clase de religión, como lo permite el artículo 68 de la Constitución Nacional.
El colegio arguyó que ellos darían una clase alternativa, la cual también resultó ser de religión, pero tratando de disimular que no se trataba de catequesis de la Iglesia católica, como puede probarse por los logros, tareas y trabajos de esta asignatura. Así pues, la clase no fue para nada una alternativa como lo exige la norma, razón por la cual el joven y su padre decidieron impugnar el fallo en primera instancia ante un tribunal superior, pero sin éxito.
En recientes declaraciones ante los periodistas de la W radio, como respuesta al artículo escrito por el periodista Juan Pablo Calvás sobre el asunto de la clase de religión en los colegios público, la ministra de Educación señaló claramente que cualquier estudiante puede optar por no tener la clase de religión y que el colegio tiene la obligación de presentar alternativas no religiosas al estudiante en dicha situación.
Con eso en mente, este caso es altamente representativo debido a la gran cantidad de estudiantes no católicos o no creyentes que luchan por hacer efectivo su derecho a la libertad de conciencia, un derecho humano y derecho constitucional de suma importancia para cualquier persona.
El joven y su padre han presentado un nuevo derecho de petición al colegio para intentar que se le exima y se presente la alternativa correspondiente. De hecho, solicita que se le ayude a aprender cosas más relevantes para la vida laboral o prácticas para salvar vidas, como Excel o primeros auxilios.
La Asociación de Ateos de Bogotá espera que esta vez el rector, consejo directivo, consejo académico y profesores del colegio entren en razón, y junto con la Secretaría de educación de Bucaramanga, en especial el Ministerio de Educación, muestren que las declaraciones de la ministra no son simplemente promesas de político como las que hizo su jefe en campaña que decía con orgullo: “Más salarios menos impuestos”.
Exigimos que el derecho a la libertad de culto, conciencia y de expresión de Cristian y de todos los niños y adolescentes del país sea respetado adoptando las políticas apropiadas según el concepto de estado laico y que no se use la cátedra de religión como medio de adoctrinamiento en una única religión según sea la creencia particular del profesor, sino un medio para enseñar a los niños que vivimos en un país diverso donde varios de ellos y sus padres no son católicos, pues pueden ser evangélicos, judíos, musulmanes, creer en la cosmogonía de su tribu indígena particular o como en el caso de Cristian, ser ateos y no creer en nada.
Que esta clase constituya una oportunidad no para obligar y adoctrinar a la fuerza, sino para aprender tolerancia y el fenómeno religioso desde la perspectiva histórica, antropológica, geográfica y ética.