El Congreso de la República no ha dejado atrás la huella de la para política cuando ya se comienza a abrir un nuevo capítulo: las posibles conexiones con las bandas criminales. La primera pista fue la captura de Luis Javier Rojas, hijo de la directora financiera del Congreso, cuando se movilizaba en una camioneta de placas OBH-561 adscrita al Senado, en la cual transportaba, en fajos de billetes, $613 millones. El operativo fue de película; Ejército, Policía y Dijin capturaron a Rojas, a quien identificaban como ´´alias el flaco’’, no les cabía ninguna duda que la plata provenía de operaciones de los urabeños.
Ese solo fue el comienzo de una serie de hechos que tienen al Congreso al borde de enfrentar un escándalo de mayores proporciones al que hasta ahora se ha podido conocer. Su presidente, Luis Fernando Velasco, sin ahondar en mayores detalles, lo sabe y ha reconocido que algo muy oscuro sucedió con la adjudicación de 160* camionetas del Senado que se negociaron con la firma Navia Limitada propiedad del guajiro Nazareno Conrado con el fin de ser rematadas. Todos los vehículos con los permisos y blindajes especiales.
Una de esos vehículos oficiales, era la camioneta millonaria, que igual que otras, terminaron en manos de los particulares. Once de esas camionetas no aparecen en el registro oficial dadas de baja del inventario del Congreso y a hoy no se sabe quién las pueda tener. Ruedan por el país con sistema de blindaje y placas que al parecer aun figurarían a nombre del Congreso.
Pero hay un indicio más fuerte que conduce a la Bacrim-política y que hasta ahora había pasado desapercibido aunque es el punto de partida de la las investigaciones de la Fiscalía: el jefe máximo de los Urabeños, Greylin Fernando Varón Cadena, alias 'Martín Bala'.
En mayo de 2013 la zona rosa de Bogotá fue el escenario de operativo escandaloso. Frente a la tienda de la Harley Davison de la calle 82 con cra 13, fue capturado el entonces jefe de los urabeños Martín Bala. Lo sindican de ser el responsable de más del 50 por ciento de los asesinatos que convirtieron en ese año a Cali en la ciudad más peligrosa de Colombia. Tenía gafas Ryban, escoltas y mientras Cali y el Valle se habían convertido en un baño de sangre bajo sus órdenes, él se movía con fluidez en los restaurantes y bares del poder en Bogotá, aparentemente sin levantar sospecha alguna. Tenía el poder de llegar en un vehículo con credenciales oficiales.
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Ese día Martín Bala se movía justamente en una camioneta con blindaje tipo 5 de placas BNL 553. Una motocicleta con dos escoltas los seguía de cerca. Todos, incluido el, estaban armados hasta los dientes.
Su conductor y jefe de escoltas era Víctor Eduardo Marín Rodríguez, el vehículo que conducía, también tenía un blindaje que solo era otorgado a vehículos del Congreso por parte de la Súper Intendencia de Vigilancia.
El episodio pasó desapercibido y nadie averiguó por qué un vehículo con placas oficiales estaba siendo utilizado por el jefe de los urabeños.
De los once vehículos que no aparecen, según una investigación de El Tiempo, hay uno asociado a Víctor Eduardo Marín Rodríguez. Se trata de la camioneta identificada con matrícula BWN 481 la cual rueda en Chia y Bogotá y ha sido multada en cinco ocasiones, con todas las infracciones a nombre del mismo escolta de Martín Bala.
Otra de las camionetas del congreso en manos de particulares se vio en las calles se Sincelejo en la pasada campaña a la Gobernación al servicio de la campaña de Milene Jaraba, la esposa del excongresista Yahir Acuña, con investigación por parapolítica aún por definir en la Corte.
En la Guajira, el director del Instituto Departamental de deportes, Joel Blanchar Plata, aparece como propietario de otra de las camionetas identificada con la placa ZIU 086 la cual ha sido multada once veces.
Los políticos salpicados no han sido pocos. Yahir Acuña con una de las camionetas, el senador del Huila Jorge Eduardo Gechem cercano a la familia del hijo de la directora financiera del Senado, Magdalena Morera, quien se vio forzada a dejar el cargo y el representante a la Cámara del Guaviare, Alexander García, quien tenía en su equipo de trabajo al conductor de la "camioneta millonaria".