Si de por sí es extraño pensar o darse por enterado de que actualmente la mayoría de los colombianos profesan una creencia del medio oriente como lo es el cristianismo, más extraño puede resultar saber que el islam, una de las religiones más practicadas en el mundo pero totalmente alejada de lo que se puede considerar cultura colombiana, comienza a abrirse paso entre la gran y variada cantidad de creencias que se practican en el país.
Un estudio del 2005 afirma que a esa fecha existían unos 14.000 practicantes del islam en el país, sin embargo, con el mejoramiento de los tratados internacionales, la disminución del conflicto y la promoción del turismo en el exterior, la llegada constante de musulmanes pudo generar que a la fecha se encuentre entre los 100.000 y 500.000 practicantes.
A pesar de que sigue siendo una religión minoritaria en el país, los registros de llegada y acogida en otros países han demostrado que la práctica de sus fundamentos suele tener una acogida de crecimiento amplio, arrebatándole generalmente los creyentes a las religiones católica y protestantes del cristianismo, pues en ambas hay consideraciones históricas y teóricas de bastante similitud.
Para muchos colombianos es de gran preocupación la llegada y acogida de las creencias islámicas, pues estas, generalmente son asociadas al terrorismo y el conflicto bélico tal y como se puede evidenciar en Siria, sin embargo, los actuales musulmanes que dirigen las organizaciones islámicas de Colombia, afirman que estos fanáticos nada tienen que ver con las verdaderas prácticas y que solo han sido tergiversadas las profecías y dictados dejados por Mahoma.
En Colombia actualmente hay sitios de reunión como mezquitas y salones en Bogotá y La Guajira, por ejemplo, cuyos adeptos se suman cada día más y más.
¿Qué estrategia tendrán en mente los líderes de las creencias cristianas clásicas para evitar que sus creyentes se vean atraídos por la expansión del islam?
Luego de conversar con uno de ellos, este afirmó que no existe otro dios que el que se profesa en su iglesia y que el islam fracasará en Colombia.
A pesar de las múltiples denuncias y demandas impuestas a las organizaciones cristianas por pedofilia, abuso de menores, enriquecimiento ilícito y estafa, solo me queda pensar y quedarme estancado entre las afirmaciones pastorales del fracaso islámico en el país, la adopción de una cultura tan diferente y exótica o la plena convicción de que en Colombia, las religiones comienzan a cobrar un segundo plano para la vida de las personas, quedará así mismo en la mente del lector.
