El reportaje de Los Informantes sobre la muerte de Luis Andrés Colmenares ilustra todo aquello que no debe hacerse en el periodismo. No solo fue que se trató de un reportaje completamente parcializado a favor de la tesis de que nadie mató al joven Colmenares, sino que la publicación de las fotos del cuerpo era totalmente innecesaria, agresiva, amarillista y vulgar. ¿No sabían ni la Nena Arrázola, ni Maria Elvira Arango, ni nadie en el equipo de los informantes que uno de los principios básicos del periodismo es contrastar fuentes?
Mi indignación no es porque si alguien mató a Colmenares o si murió ahogado, sino por la forma en que los periodistas juegan a ser jueces capaces de legitimar teorías. La familia del joven fue invisibilizada por completo. La única referencia que se les hace es que la periodista da a entender que todo el escándalo del caso fue por un sueño que tuvo la madre de Luis Andrés. Se ignoraron por completo los elementos que tiene la contraparte para afirmar que sí hubo asesinato, como las llamadas entre Jessy Quintero, Laura Moreno, Carlos Cárdenas y Juan Carlos Valderrama donde dan a entender que sí sabían algo que nunca contaron.
Quien viera el reportaje y se queda con éste como única referencia sobre el caso compra la tesis de que la muerte de Luis Andrés Colmenares fue un simple accidente. Tanto el abogado defensor como el padre de Jessy Quintero justifican muy bien la hipótesis, que además comparte la serie de Netflix. No obstante, la familia se pronunció en sus redes sociales y niega que el cuerpo haya aparecido en el lugar donde el reportaje de Los Informantes dice que apareció. Sea cierto o no, solamente ese detalle hace tambalear la tesis de que nadie mató a Colmenares. Fue una falta de respeto a la familia Colmenares y a los principios del periodismo, invisibilizar a la contraparte.
Por si todo lo anterior fuera poco, la introducción que hace Maria Elvira Arango, directora de Los Informantes, es poco menos que grotesca. Se refiere a la muerte del joven Luis Andrés como "un novelón". No es gratuito que la señora Oneida no haya podido dormir después de ver lo que Los Informantes hizo con la imagen de su hijo. Ojalá que la familia utilice algún mecanismo legal para demandar. No es posible que estas cosas sucedan y todo siga como si nada.