El trauma que nos propinaron el lunes con la suspensión de 8 horas de las redes de Facebook y Guasap sirvió para tapar, pero no del todo, la escandalera que se ha formado por los papeles de Pandora. En especial porque dentro de ese trabajo investigativo se hizo pública la curia o la ambición con que el director de la Dian, el señor Junco, pretendió dejar montada una trama bancaria para capar impuestos al estilo de grandes señorones del mundo. El hecho de que el antiguo jefe de la Oficina de impuestos de la alcaldía de Bogotá del gobierno Peñalosa hubiese abierto una cuenta en Delaware, el paraíso fiscal que los gringos permiten junto con Dakota del Sur dentro de sus fronteras, para consignar allí el producido de las ganancias que pudiera obtener mientras estudiara su especialización en Estados Unidos, y así dizque no pagar doble tributación, es ya de por si una manera de mostrar su ambición. Eso no es delito, como velozmente el presidente Duque lo recalcó para defenderlo de la andanada mediática. Pero como también resulta que el señor Junco, en su calidad de director de la Dian es la persona encargada de investigar, juzgar y condenar a los evasores y como tal le corresponde al menos asomarse en las cuentas y bienes de 587 colombianos que hasta ahora han aparecido mencionados en Pandora, no es procedente que el señor Junco, mostrado como el integrante 588 de esa lista, sea quien realice tal función investigativa y sancionatoria.
________________________________________________________________________________
El investigador y sancionador no puede ser investigado al mismo tiempo si la justicia todavía se ejerce con claridad y sin sospechas
________________________________________________________________________________
El investigador y sancionador no puede ser investigado al mismo tiempo si la justicia todavía se ejerce con claridad y sin sospechas. Podría declararse inhabilitado. O, de una vez por todas para ponerle punto final a este asunto, y amparado específicamente en el paraguas ideológico y legal que le ha brindado el presidente Duque, al declarar que no es delito haber montado esa trama bancaria, abstenerse, oficial y oficiosamente, de averiguar cosa alguna sobre esos ciudadanos colombianos convertidos en sospechosos de capar impuestos por Pandora y hacer de cuenta que aquí, como siempre, pasa de todo, pero no ha pasado absolutamente nada.