"Yo me llamo" acapara la audiencia en las noches de lunes a sábado en la televisión nacional, y sus niveles de rating son generados por el deseo colectivo de ver un buen imitador de los artistas más reconocidos en la historia de la música.
Como fórmula de lo que los productores han denominado "éxito" tienen tres jurados de los cuales dos son fijos y uno es intermitente; este último, por lo general, es un cantante de música popular, es por ello que hemos visto a Jessi Uribe y actualmente a Yeison Jiménez; los fijos son César Escola, quien posee los conocimientos musicales necesarios para juzgar a los participantes, y la insufrible diva Amparo Grisales quien, no sé si por fama o por orden de los productores, es el objetivo a conquistar.
Obtener el 'sí' de parte de una persona que de música solo se sabe el libreto de los "melismas y la voz de bostezo" y que solo es capaz de aportar de su producción personal piropos a los hombres que considera "guapos" y malos tratos a las mujeres que considera competencia en belleza, cual villana de cuento de hadas.
No siendo suficiente lo anterior, la producción pone a dos presentadores a hacer de los bufones del programa: Carlos Calero, cuyo papel interpreta a la perfección y Melina Ramírez que simplemente está instrumentalizada por su belleza.
En las presentaciones diarias se ve un desfile de artistas que intentan emular a su artista favorito, unos muy buenos y otros que claramente están ahí para ser carne de cañón y que el ególatra jurado descargue toda su falta de respeto y humillación hacia ellos.
Dentro de las desafortunadas participaciones hemos tenido que soportar algunos performances de rock que no tuvieron por qué haber salido al aire, por ejemplo un participante que salió intentando cantar Stripped, de Rammstein, que fue objeto de burlas por parte de los jurados y su cara de frustración era evidente.
No hay respeto por quien ha aguantado una fila eterna para pasar frente a sus calificadores ni tampoco por el público; pero no contentos con eso presentan a otro personaje que intentó imitar a Amy Lee de Evanescence. Era un hombre, sin representación del personaje, ni mucho menos con capacidades vocales.
Hasta ahí, todo es culpa de aquel que creyó cantar como la líder de esa banda, pero lo indignante es la actitud del bufón del programa y su consorte, cuando tras bambalinas hacían gestos de burla y la señora Ramírez solo atinaba a decir "¿Qué es eso? ¿Evansensens? ¿Quién es esa?".
Y no solo se ha presentado en esta temporada, hace un par de años un participante salió a presentar un buen performance de Rammstein y a pesar de haberlo hecho de la mejor manera, pronunciando el alemán muy bien, el señor Calero, una vez más, tras bambalinas, hacía como un perro ladrando.
Colombia es más que vallenato, rancheras, reguetón y música popular, Colombia tiene un componente muy alto de rock y ha sido muy importante en la construcción de la multiculturalidad del país como para que unas "celebridades" vengan a humillarlo de la forma en la que lo han hecho.