No soy jugadora de fútbol, y más bien poco deportista, pero soy MUJER, del grupo de mujeres que venimos exigiendo nuestros derechos hace siglos, de las que cree en la igualdad, pero que sabe que estamos en un mundo machista, donde a quienes buscamos esa denominada igualdad nos tildan de locas, hormonales, o hasta mujeres que quieren dañar la familia.
Sin embargo, seguimos en la lucha… y nos encontramos equipos como Santafé, Millonarios y quien sabe cuáles más que sin fundamento y en plena crisis deciden violar nuestros derechos, no es suficiente con que la remuneración para las mujeres en el deporte sea menor, o que les den menos importancia.
Hoy muy molestas, vemos con el comunicado del independiente Santafé decide que no se puede continuar con el normal desarrollo de los contratos de trabajo para el plantel profesional femenino, sino que por el contrario se hará una suspensión de mutuo acuerdo, y se les hará una entrega de un auxilio.
¿Enserio de muto acuerdo? ¿Un Auxilio? ¿Qué nos hace menos merecedoras de lo mismo del plantel masculino? Ustedes no tienen ni idea que es la igualdad, pero seguramente el día de la mujer andan dando rosas diciendo que con nosotras luchan por nuestros derechos, ¿para qué? Para que después salgan con unas decisiones sin sentido, siempre rodeados del machismo del fútbol.
🖋️ Comunicado Oficial: pic.twitter.com/n30u7LhV7G
— Independiente Santa Fe (@SantaFe) April 7, 2020
Es claro que esto pasa por la crisis económica, lo que no entiendo y no me cabe en la cabeza es por qué debe haber un trato diferente del personal masculino al femenino. ¿En qué se basan para tomar decisiones sin fundamento alguno? Seguramente pensadas en una serie de argumentos machistas que no nos dan prioridad.
Estas decisiones solo nos deja ver que esta lucha es solamente de las mujeres, que pase lo que pase seguiremos en la defensa de nuestros derechos. Hoy quiero invitar a todas las jugadoras que se han visto afectadas, que interpongan las acciones que consideren necesarias, en busca de su derecho a la igualdad. Que esta reivindicación de derechos no se quedé solo en tarjetas pendejas del 8 de marzo.