Eder Cerquera se enteró de la muerte de su hijo por Facebook. En la noche del jueves vio la cédula de su hijo, el ingeniero industrial Diego Alejandro Cerquera, expuesta en redes junto a las otras tres personas que aparecieron en una zanja en la vereda Santa Helena del municipio de Corinto, Norte del Cauca. El dolor lo consumió inmediatamente, Recordó lo que le había insistido para que no se fuera a trabajar tan lejos de su casa en Neiva y además en una zona donde la disputa por el corredor de la coca había dejado ya cientos de personas muertas. El joven de 21 años en cambio estaba feliz. Tenía la oportunidad, antes de haberse graduado como Ingeniero Industrial de la Corporación Universitaria del Huila. En Corinto hacía labores de topografía y sobrevuelos con drones. Pero todo acabó en la tarde del jueves 31 de octubre.
Según testigos los hombres armados llegaron al lugar donde Diego Alejandro trabajaba junto a otras tres personas que también habían sido contratadas por la Empresa Fundación Desarrollo de las Ingenieras y las Ciencias de la Salud para la Proyección Social, eran Carlos Mario López de 31 años nacido en la Florida que en el 2012 se había graduado en la Universidad Nacional y estaba vinculado a la empresa desde el 2015. Roosevelt Saavedra un hombre de 55 años que desde hace tres décadas era uno de los chofores de la fundación y Diego Hernán Rodriguez Torres suboficial retirado de la armada oriundo de Miranda Cauca. Los hicieron poner bocaabajo y luego dispararon a sangre fría. Pocos minutos después los encontraron en una zanja.
El papá del joven ingeniero industrial no puede de la rabia con el gobierno Duque y como tantas otras familias exige que la presidencia tome las riendas de lo que pasa en el Cauca.